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La educación en cuarentena

Los niños y los jóvenes de México están en su casa. Las escuelas cerraron y la educación está bajo el control de los papás. Hay de todo en las primeras experiencias, pero el común denominador es la perplejidad: la pandemia es un auténtico examen para el sistema educativo mexicano.



Los niños y los jóvenes de México están en su casa. Las escuelas cerraron y la educación está bajo el control de los papás. Hay de todo en las primeras experiencias, pero el común denominador es la perplejidad: la pandemia es un auténtico examen para el sistema educativo mexicano. No se trata de que un grupo social culpe a los maestros de los bajos puntajes de nuestros quinceañeros en las pruebas internacionales de la OCDE ni nada por estilo. Veremos más bien si nuestro sistema educativo ha avanzado en eso de enseñar a sus alumnos a aprender por sí mismos. Y si realmente los papás y las mamás apoyan o podrán apoyar la educación escolar de sus criaturas. Aquí también conviven una visión pesimista y otra optimista. No sé por cuál apostar. Supongo que, como suele suceder, al final veremos una parte de cada una. Los pesimistas tienen claro que muy pronto se nos notarán las costuras: el futuro nos ha alcanzado y los de atrás se quedarán cada vez más lejos. Como sistema escolar, estamos en serio riesgo de reprobar. Los niños no solo carecen de tecnología: no tienen curiosidad por el conocimiento. Los papás, cuando pueden estar en casa y con ellos (no es lo mismo), tampoco le hallan a sus hijos el botón del saber, ni les tienen la paciencia para activarlos. Y por parte de los maestros, el control de las actividades realizadas en casa es francamente difícil. Para los optimistas, una parte importante del sistema educativo tendrá que ponerse las pilas y favorecer un cambio sin pretextos: en estas situaciones las cosas cambian porque cambian, no hay de otra. Aun con las diferencias de siempre, los papás y las mamás harán todo lo que puedan. Los maestros, igual: esta vez las circunstancias lo piden y muchos incluso mandan a diario la tarea por WhatsApp. Los alumnos tendrán que engancharse y avanzar en eso de ser independientes. El coronavirus sí revoluciona la educación, sobre todo porque pone condiciones de urgencia y no permite demasiadas resistencias. Obligará a todos al gran atrevimiento de romper paradigmas que se han cargado durante siglos. A tomar en serio que la apropiación del conocimiento es un asunto intransferible y que la enseñanza es una guía de un proceso personal. Algo cambiará.
Autor:Milenio 2020 Fuente:https://www.milenio.com/opinion/luis-petersen-farah/catarata/la-educacion-en-cuarentena