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¿Cómo se sorteó la enseñanza y el aprendizaje a distancia?: voces de docentes trabajando

La rápida propagación del covid-19, declarada como pandemia global el 11 de marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), orilló a una drástica transformación de la vida humana en todos sus ámbitos, incluida la educación de múltiples generaciones y, por tanto, las estrategias a diferentes niveles –nacionales, estatales, municipales, escolares e individuales– para garantizar este derecho bisagra de otros derechos humanos. Comienza la conversación



La rápida propagación del covid-19, declarada como pandemia global el 11 de marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), orilló a una drástica transformación de la vida humana en todos sus ámbitos, incluida la educación de múltiples generaciones y, por tanto, las estrategias a diferentes niveles –nacionales, estatales, municipales, escolares e individuales– para garantizar este derecho bisagra de otros derechos humanos. En México, como en la mayoría de los países, la Secretaría de Educación Pública (SEP) optó por un cierre nacional de escuelas desde el 20 de marzo, y la transmisión televisada de contenido para la mayoría de los niveles que componen el sistema educativo nacional –desde educación inicial, hasta media superior– que pretendía ser masiva bajo el argumento de que más de 90% de los hogares mexicanos cuentan con un televisor en casa, esto a partir del 23 de marzo (SEP, 2020a).
La meta de cobertura de “Aprende en casa”, sin embargo, no consideró –en su momento– la posibilidad de que las señales por donde se transmitió la programación no podrían ser captadas por todos los equipos electrónicos de los hogares, ni en todos los contextos geográficos. Por su parte, el objetivo de calidad –o excelencia– poco o nada se mencionó desde las autoridades, y sólo se abordó tangencialmente con el anuncio de que el programa “Aprende en casa” se basaba en los libros de texto gratuitos, casi un mes después de que la estrategia había comenzado a implementarse (SEP, 2020b). Además de los múltiples cambios que fue adoptando la estrategia, como la incorporación de las “carpetas de experiencias” –primero como elementos necesarios para la evaluación y luego no– (SEP, 2020b), el acuerdo con Google Education (SEP, 2020c) y las diversas modificaciones al calendario escolar (Acuerdo 12/06/20, 2020). Sin dejar de mencionar los factores que, por las características de la estrategia federal, la rodeaban satelitalmente como condiciones necesarias para su aprovechamiento, por ejemplo, el acompañamiento efectivo del aprendizaje por madres, padres o tutores, la disposición de un equipo para uso individual, la posesión de estos medios también por docentes, el no vivir con una discapacidad diferente a la auditiva –y, en algunos segmentos de la programación, incluso con la auditiva–, entre otros.
Es en este contexto que, desde el Faro Educativo del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana, Grupo Loga y la Red de Mujeres Unidas por la Educación (MUxED), consideramos vital acercarnos al personal escolar de educación básica y media superior para conocer sus experiencias, reflexiones y propuestas, especialmente respecto a la estrategia federal que se les ofreció –y, en ocasiones, se les dictó como mandato–, y las acciones que, finalmente, implementaron para sortear las nuevas condiciones que la pandemia global –y de alta gravedad en México– ha impuesto para continuar con los procesos educativos.
Este documento se ofrece al público con dos objetivos centrales: en primer lugar, amplificar las voces de las figuras educativas ‘en campo’, que, desde su propia lectura –y que compartimos– poco han sido escuchadas, especialmente en la respuesta a esta emergencia; y, en segundo lugar, para aportar elementos empíricos que, como mínimo, merecen ser reflexionados por todos y todas quienes nos dedicamos a la educación, especial e idealmente, por tomadores de decisiones de política pública.
Así, en esta breve nota colocamos algunas de las expresiones de docentes y otras figuras educativas –como directores, asesores técnico pedagógicos, coordinadores académicos, tutores, supervisores de zona, etcétera–, desde el nivel preescolar, hasta el de media superior, a partir de varias entrevistas grupales que realizamos, entre los meses de mayo y junio de 2020, para recoger sus reflexiones y testimonios del trabajo que realizaron desde que comenzó la pandemia por covid-19 y que obligó a todos –profesores, estudiantes, madres y padres de familia– a hacer un enorme esfuerzo para enseñar y aprender a distancia.
Las entrevistas grupales –cinco, en total– se realizaron con un colectivo de preescolar del estado de Veracruz, integrado por 7 maestras y su directora; un grupo de 16 docentes de primaria de 7 entidades (Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Veracruz); 9 supervisores de zona del nivel primaria –también del estado de Veracruz, y en cuya organización y convocatoria nos apoyó una jefa de sector entrevistada semanas antes–; 5 directores de secundaria de 4 entidades (Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca y Puebla); y 16 docentes de educación media superior –algunos de los cuales también desempeñan otras funciones en sus escuelas– provenientes de 6 entidades (Estado de México, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Puebla y Querétaro) y de distintos subsistemas. Se consideró acercarnos a actores de estos niveles educativos, en tanto su obligatoriedad tiene largas raíces en México –y, por tanto, también la responsabilidad del Estado de garantizarla–, y por la menor autonomía oficial que se reconoce a las instituciones que los conforman para la toma de decisiones.
Todas las entrevistas se llevaron a cabo a través de la plataforma Zoom y también fueron grabadas, en audio, para su posterior sistematización y análisis, conservando el anonimato de quienes participaron en éstas. En todos los casos, se siguió un formato semiestructurado, a partir de una guía de preguntas que dividió la conversación en dos momentos: la respuesta y trabajo realizado a partir de la suspensión de clases presenciales, por un lado, y sus opiniones y propuestas, a partir de lo vivido, para enfrentar el panorama a futuro.
En esta nota colocamos una síntesis de las estrategias y acciones que realizaron los distintos actores entrevistados, así como extractos con citas textuales de lo que nos dijeron, en torno a la forma en como sortearon la enseñanza y el aprendizaje a distancia.
1. Voces de docentes de preescolar
Entre la comunidad del preescolar entrevistada se previó la posibilidad de la pandemia, por lo que hubo trabajos de preparación desde antes del anuncio del confinamiento. Se realizó una reunión presencial de todo el plantel al inicio de la contingencia para decidir la estrategia de trabajo a distancia y se sostuvieron reuniones virtuales todos los lunes –a veces en fin de semana– para tomar acuerdos de forma colegiada. La directora del preescolar dijo:
“Todos los lunes hemos tenido reuniones de plantel por vía Zoom en la cual hemos tomado acuerdos acerca de cómo vamos a trabajar cuando se acercaba alguna que otra actividad. Los acuerdos son grupales, se lanzan, se aceptan o se desechan y, con base en eso, es que nosotros nos organizamos para el trabajo.”
“Todos los acuerdos, de todo lo que ustedes escuchan –por eso puede parecer repetitivo– porque, absolutamente todo lo que se hacía, de una u otra forma, se comentaba y echábamos a andar las sugerencias, obvio con las diferentes adaptaciones que se dieran en cada grupo, de acuerdo a las características, pero casi todas las actividades fueron programadas por colectivo y, entonces, al tercer día regresando de vacaciones [de semana santa] se manda esta planeación ya diversificada y acorde a las características de cada uno de los niños de los grupos.”
El personal escolar tomó, colectivamente, cursos para desarrollar habilidades tecnológicas; al final de los mismos, incluso, hicieron sesiones de intercambio sobre los aprendizajes construidos. La directora mencionó que eso fue “clave” para que docentes manejaran mejor las herramientas tecnológicas. Hubo apoyo constante entre pares para aprender o mejorar sus habilidades tecnológicas.
Comentaron que una decisión colectiva que se tomó fue dar seguimiento al estado emocional de sus estudiantes, por lo que, siempre que fue posible, cada docente se comunicó por videoconferencia o llamadas telefónicas con sus alumnos –usualmente de forma individual– para que éstos se sintieran completamente atendidos y se involucraran más en las actividades. Cabe resaltar que las reuniones por videoconferencia o a manera de llamadas por teléfono no fueron necesariamente clases, sino espacios para compartir y vincularse y, por tanto, al bienestar emocional y al desarrollo de habilidades sociales. Una maestra contó:
“Otra estrategia fueron las llamadas telefónicas. El 30 de abril llamamos a los niños, a cada uno de manera personal, igualmente para felicitarlo y hacerle mostrar que ahí estábamos, con ellos, apoyándolos. Agendamos con anticipación, con las mamás, los horarios para no interferir en su rutina familiar y, pues, yo empecé a las 9 de la mañana mi primera llamada y terminé a las 6 de la tarde. Contacté a 18 niños; [el teléfono de] 2 mandaba a buzón, pero, pues, yo me sentí bien feliz, bien contenta de haber llamado a cada uno de ellos. En otra ocasión volví a llamar para monitorear los casos de COVID en sus familias y saludarles y preguntarles si en su familia había algún contagiado, alguna persona enferma; de ese monitoreo que realicé durante el confinamiento detecté dos casos: en un caso, de un familiar de una alumna, una tía, que había salido victoriosa, había padecido y había salido bien; en otro caso, pues sí, el abuelito de una alumna falleció –no vive acá en Orizaba, vive en Veracruz–, pero fueron los únicos dos casos que yo pude monitorear durante el confinamiento. Otra estrategia fue el quick que, como regalo, se les hizo llegar a los niños. Yo no sabía trabajar esa aplicación, pues ya otra maestra nos dijo cómo jala y ya pudiéndola experimentar, empecé a hacer quick con mi familia para tener yo la familiaridad con la aplicación y, finalmente, pues ya hice el quick para los niños y pues el día 30 de mayo ya les hice llegar, a través del grupo de WhatsApp, este trabajo que había realizado con varias fotos del grupo. Otra estrategia que utilicé en mi grupo fue la plataforma Zoom: con las mamás realizamos una escuela para padres, dos sesiones de escuela para padres; entonces salió la inquietud ahí de algunas mamás de por qué no hacíamos también con los niños estas reuniones [por] zoom. Por otro lado, otra mamá de mi grupo […] dice: ‘–Maestra, es que lo niños la extrañan y estaría bien que la vieran por Zoom’; bueno, entonces programé las reuniones semanales con mi grupo. Tuve una asistencia de 10 a 13 niños; semanalmente yo me reunía con ellos a las 11 de la mañana, los días jueves, y la semana pasada tuve mi última reunión con ellos. Era un momento de socialización, de saludarnos, compartían ellos experiencias de lo que estaban haciendo en este tiempo, les decía yo: ‘–Bueno, ahora vamos a platicar de lo que más nos gusta de lo que estamos haciendo, de lo que no nos gusta, se vale decir lo que no nos gusta, hablar de nuestras mascotas, de algún sueño que hayamos tenido’, y pues daba gusto ver que todos participaban y comentaban y hubo un momento en que, entre ellos mismos, dialogaban: ‘–Oye, yo desayuné esto, ¿tú qué desayunaste?’, entonces sí fue bonito ver, hasta a ellos les alegraba verse entre ellos mismos.”
Aunque la mayoría decidió contactar personalmente a cada estudiante, algunas de las maestras realizaron también videoconferencias colectivas semanales; dijeron que, aproximadamente, 50% del total de los estudiantes se conectó a estas reuniones en algún momento (por ejemplo, 10 a 13 niños de 20). Con el fin de estimular este vínculo, las docentes también invitaron a sus alumnos a enviarse audios de WhatsApp entre sí. Señalaron que estas videoconferencias o los productos audiovisuales entregados por los niños también les sirvieron a las maestras para percibir los avances o dificultades de los educandos:
“A través de esas videoconferencias nosotras nos podemos dar cuenta, también, si ha habido avances o no en los niños. Por ejemplo, yo me di cuenta –conozco a mis niños, estuvimos [juntos], ya casi, como dicen, 3/4 partes del año–, yo conozco cómo van de adelantados mis niños; entonces, ahí [en las videoconferencias] observé que niños que, en el salón, ya se comportaban de un manera, a la hora de interactuar a través de zoom, ya eran diferentes: niños que platicaban ya de manera fluida, se cohíban, ya no querían hablar, se ponían atrás de la mamá –son niños pequeños de 4 años, era necesario que la mamá estuviera con ellos conectada–, entonces, era difícil el poder interactuar con ellos porque ya no querían; había otros que, a través de todos los videos que enviaban las mamás y las actividades que se les mandaron, se les notaba un avance bastante significativo a la hora de las clases o de las videoconferencias de zoom se notaba, el niño hablaba sin necesidad de lanzarle una pregunta, parecían loritos y se iban como hilo de media.”
Se utilizó WhatsApp para comunicarse con madres/padres y, a través de ellos, con los estudiantes. En algunos grupos, las madres/padres de familia ya contaban con grupos de WhatsApp, por lo que se solicitó incluir a las maestras a ellos. En los casos de progenitores que no cuentan con la aplicación –la minoría–, se hizo una visita domiciliaria y se solicitó el número de un familiar que contara con ella.
Al inicio, se decidió elaborar y utilizar cuadernillos de actividades integradas –de diferentes áreas del desarrollo–, las cuales se fotocopiaron y entregaron antes de comenzar el periodo de distanciamiento físico; este material se pagó con recursos recolectados por la escuela a partir de aportaciones voluntarias de los padres y madres de familia. Al prolongarse el confinamiento, se hizo un segundo y un tercero cuadernillo que se enviaron a madres/padres por WhatsApp.
El personal escolar elaboró videos para guiar la sintonización de “Aprende en casa”, y para reflexionar sobre la importancia del acompañamiento del aprendizaje y del establecimiento de hábitos para el aprendizaje en casa, así como para brindar apoyo socioemocional a padres/madres. Estos materiales fueron realizados por la dirección para toda la escuela y específicamente por docentes para sus respectivos grupos.
Otro recurso utilizado por las maestras fue la narración de cuentos por videoconferencia o llamadas, mismos que se seleccionaron para atender las necesidades de cada estudiante. Sobre ello, una maestra dijo:
“Otra chiquita que estaba en primer grado, estaba con un posible diagnóstico de mutismo selectivo. ¿Qué hice con esta chiquita? Dije: ‘–Ay, a ver si me habla, a ver si me contesta, porque, con eso de que no es de hablar, yo corría el riesgo…entonces también pensé en que los cuentos fueran dirigidos a los niños con base en sus características, a sus intereses y a sus edades, y sorpresa: ¡La niña me dijo: ‘–Maestra, te extraño’, y yo así como que me sentí la maestra más feliz del mundo porque pude hacer que la niña hablara; la niña habla perfectamente, la niña explica y estaba yo tan emocionada que tomé foto de captura, la niña se ve muy contenta.”
Todas las maestras mantuvieron comunicación constante con la profesora de artes de todo el preescolar, quien las apoyó para planear actividades según las necesidades que le expresaron y los objetivos buscados. Respecto a la evaluación, se decidió que cada docente llevará a cabo este proceso según propios criterios, aunque de “forma coordinada” con la dirección. Algunas de las maestras, por ejemplo, decidieron que en su valoración privilegiarán el desarrollo de habilidades socioemocionales durante la contingencia. De hecho, todas las maestras expresaron que habían comenzado a reunirse virtualmente para preparar, desde antes de que concluyera el ciclo escolar 2019-2020, el regreso a clases, tanto en materia sanitaria y de comunicación, como académica.
2. Voces de supervisores de primaria (y, a través de ellos, de sus colectivos docentes)
Al inicio, los miembros de las comunidades escolares compartieron lo que se sabían y decidieron qué hacer con base en ello; conforme avanzó el tiempo, se fue homogeneizando el proceso a su interior. Las actividades fueron diferentes para cada centro, pues se diseñaron o seleccionaron según la pertinencia para las escuelas.
Para la planeación de estrategias se tuvo una reunión de Consejo Técnico Escolar (CTE) en la que se consideró la perspectiva de docentes, incluyendo los que atienden un mismo grado. Dijeron: “Si las autoridades no diseñan esas estrategias locales, lo hacemos nosotros.” Los y las supervisoras entrevistadas nos comentaron que se habían dosificado y seleccionado los conocimientos básicos en la mayoría de las escuelas: “El docente es un facilitador…de los conocimientos básicos”. Se procuró también que los ejercicios se entendieran, tanto para los alumnos, como para los padres y madres de familia, además de descargar de internet los cuadernillos diseñados por la SEP para poblaciones en zonas rurales y fotocopiarlos para los estudiantes.
Todos señalaron que se usó WhatsApp en la mayoría de los casos. Un supervisor nos compartió que uno de sus docentes entregó presencialmente información y las actividades a las casas, además de recogerlas contestadas. Señalaron también que en los grados entre 3° y 6° de primaria se utilizaron más –y con mayor éxito– las herramientas tecnológicas, especialmente para el turno matutino. Comentaron que se hizo un trabajo especial para sexto grado debido a que representa un cambio entre niveles educativos, además de que se diseñaron estrategias específicas para niños vulnerables, como dejar material en las escuelas y recogerlas también. En general, comentaron que se estaba trabajando de forma individualizada, de acuerdo con las necesidades de los y las estudiantes y sus familias.
Los supervisores comentaron que algunos de sus colectivos de docentes habían elaborado “coloramas” (gráficas) del trabajo realizado durante la contingencia, por ejemplo, sobre el comportamiento, desempeño, etc., de los niños. Los y las directoras hicieron una revisión de lo realizado durante este tiempo por los docentes, en tanto que los supervisores, nos dijeron, hacían reuniones inmediatas después de los anuncios de las autoridades sobre las acciones durante el confinamiento y al regresar a clases. Finalmente, algunos de los y las entrevistadas reportaron que en varias de sus escuelas se logró entre 80% y 90% de avance en los aprendizajes programados con el trabajo, tanto presencial, como a distancia.
3. Voces de docentes y directores de primaria
A continuación, sistematizamos las estrategias seguidas por docentes y directores de escuelas públicas y privadas o no especificadas, respectivamente.
Escuelas públicas
Todos los y las docentes reportaron haber tenido reuniones ex professo en sus centros de trabajo para discutir la estrategia a seguir –ya sea individual o colectiva– durante el confinamiento. En estas reuniones entre pares, sobre todo, se jerarquizaron contenidos y se compartieron estrategias. Muchos profesores también hablaron del apoyo entre colegas docentes para aprender el uso de las tecnologías. Fue común la alusión a la estrategia de jerarquización de asignaturas y aprendizajes deseados. En algunos casos, incluso, se agruparon las asignaturas para abordar sus contenidos de forma articulada.
La vasta mayoría de participantes en la entrevista grupal reportaron el uso de WhatsApp para comunicarse con sus pares, autoridades y madres/padres de familia. En algunos casos no fue la primera opción, sin embargo, fue el medio finalmente utilizado, ya sea porque es con el que se encuentra familiarizada la mayoría de los actores implicados, o porque intentaron primero con las herramientas proporcionadas por las autoridades, pero éstas no les fueron de utilidad. Varios de ellos también señalaron al correo electrónico como un medio de comunicación. Cabe mencionar que, en algunos casos, el contacto no fue con la totalidad de las familias –lo cual, en muchas ocasiones, se debió a normas administrativas que limitan el contacto directo y continuo entre maestros y tutores–, por lo que el lazo dependía de las madres/padres vocales de grupo.
Los docentes mencionaron también como facilitadores de su transición a la educación a distancia el uso de conocimientos y habilidades desarrolladas previo a la pandemia y todos los participantes dijeron que la estrategia para continuar con la educación escolar durante la contingencia se fue transformando conforme se identificaron nuevos retos, mejores herramientas o se recibieron las instrucciones de las autoridades educativas.
En la vasta mayoría de las escuelas de los participantes se realizó algún estilo de sondeo para conocer las condiciones de las familias de sus estudiantes pues, necesariamente, jugarían el papel de medios que posibilitarían, facilitarían u obstaculizarían el aprendizaje y el cumplimiento de los objetivos de los alumnos en casa. En algunos casos –especialmente en las escuelas localizadas en comunidades rurales y marginadas– los docentes hicieron visitas a los hogares de sus estudiantes para conocer su contexto específico.
También fue común la diferenciación de las actividades según las necesidades de sus estudiantes de acuerdo a diferentes tipos de criterios –determinados en cada grupo o centro educativo–. Por ejemplo, en una escuela se dividió cada grupo en 3 sub-grupos según el nivel de avance de los estudiantes, por lo que cada docente elaboró 3 cuadernillos para trabajar, y en el caso de 6° grado se usaron guías de preparación para la secundaria. En otra escuela, se hicieron visitas cada 8 o 15 días a los padres/madres de familia por bloques de grados 1°-3° y 4°-6° con el fin de dejar y recoger las tareas; los maestros escaneaban estas evidencias y las subían a las plataformas donde así lo solicitaban las autoridades educativas, proceso que fue, reportaron, “muy pesado”, especialmente al inicio que se hacía cada semana; también mencionaron que a los estudiantes que tuvieron mayores dificultades por la lejanía de su hogar o la no posesión de medios de comunicación, se les dejaban los materiales para trabajar en las escuelas y en las “tienditas” para que los recogieran, donde se le dejaba una lista al encargado de la tienda que relacionaba el nombre de los alumnos y los materiales que se le debían entregar o recoger.
En otro caso, las actividades eran las mismas, pero los medios de comunicación se diferenciaron según las condiciones socioeconómicas de las familias, de modo que se ofrecía lo mismo por medio de documentos e imágenes descargables, llamadas telefónicas o con la entrega de materiales impresos a quienes poseen menos medios tecnológicos. El grado de atención diferenciada reportada durante el grupo focal llegó a casos en los que los docentes hicieron cuadernillos personales para cada uno de sus estudiantes; el docente que lo mencionó tiene 22 alumnos, y recogía o dejaba estos cuadernillos en los hogares de cada uno.
Algunos docentes hablaron del tipo de actividades realizadas. En algunos casos –especialmente al inicio del confinamiento, cuando éste se proyectaba de corta duración– se buscó que las actividades únicamente afianzaran los conocimientos construidos en la educación presencial, pues abordar nuevos temas se complicaría para estudiantes –y maestros– no acostumbrados a la educación a distancia y cuyos padres/madres tienen una escolaridad baja; sin embargo, en la mayoría de los casos –desde el inicio o ya avanzado el tiempo de confinamiento– vieron la necesidad de trabajar contenido nuevo, por lo que se intentaron las clases virtuales o que las actividades solicitadas fueran trabajadas de forma enteramente individual. También fue común la mención de la elaboración y uso de guías, cuadernillos de trabajo o material fotocopiado y, en pocos casos, de videos para estudiantes y sus padres/madres.
Aunque no fue posible comunicarse con todos los estudiantes, sí hubo acciones de para dar seguimiento a los avances y necesidades de aquellos con los que sí hubo comunicación. Por ejemplo, se hicieron rúbricas, ya sea para uso de los docentes, o de éstos y de los padres y madres; se buscó que la evaluación fuera clara para que padres conocieran los objetivos de aprendizaje; también se dio seguimiento con notas de voz enviadas por los estudiantes y, quienes no tenían celular smartphone, lo hacían por teléfono o por el WhatsApp de compañeros; asimismo, está el caso de escuelas que continuaron con reuniones presenciales –aunque más espaciadas temporalmente– por la imposibilidad de contar con los medios de comunicación tecnológica y, en algunos de estos casos, se permitió que estudiantes trabajaran sin entregas parciales –usualmente para quienes, además de no poseer estos medios, viven a más de una hora de la escuela–, por lo que madres/padres debían entregar todas las evidencias en la última sesión de CTE y sería, hasta ese momento, cuando se decidiera qué hacer con la evaluación; los docentes dijeron: “El reto va a ser cómo calificar con lo que nos entreguen mañana”.
Al menos una cuarta parte de los participantes en el grupo comentó que adquirieron, por voluntad propia, compromisos con sus estudiantes para trabajar durante todo o una porción del verano; especialmente lo hicieron así aquellos que se dedican a la enseñanza de 6° grado, ante el reto especial que enfrentarán sus alumnos al entrar a la secundaria el próximo ciclo escolar.
Escuelas privadas y/o no especificadas
En algunas escuelas, cada docente decidió la estrategia para continuar con la enseñanza y el aprendizaje según la materia impartida. En otros casos, los supervisores técnicos guiaron la labor de las escuelas y son éstos o los y las directoras quienes tendieron a relacionarse con padres/madres para conocer su valoración de las estrategias e identificar sus áreas de mejora.
Los docentes nos revelaron que la mayoría de las escuelas habían buscado –aunque no sin dificultades– el utilizar herramientas de videoconferencia –como Zoom o Classroom– para no perder el vínculo con sus alumnos. Se buscó que las actividades asignadas para realizar en casa fueran accesibles, tanto para estudiantes, como para sus padres/madres. Dijeron: “no es como estar en el aula y poder tener a los alumnos para dirigirlos, escucharlos y apoyarlos.”
Se mencionó continuamente la capacitación que hubo en las escuelas para hacer uso de las herramientas relacionadas con las estrategias. La forma de la capacitación varió; incluso se tomó durante las vacaciones de Semana Santa. Varios docentes dijeron que padres/madres mandan evidencias del trabajo de sus hijos al correo electrónico y docentes envían la retroalimentación por el mismo medio o por WhatsApp. Entre las actividades mencionadas se encontraron las lúdicas por medio de una plataforma y el trabajo con los libros conforme el avance que se tenía antes de suspender las clases presenciales. Una docente dijo que en su escuela se trabaja con el departamento de psicopedagogía para poder atender también el ámbito socioemocional de sus alumnos.
Entre los docentes en escuelas de sostenimiento no especificado la mayoría también mencionaron que WhatsApp fue el principal medio de comunicación entre ellos y las familias. Entre estos docentes, dos mencionaron que en los centros educativos en los que laboran se decidió prestar atención al bienestar socioemocional de los estudiantes durante la pandemia –aunque no hablaron de las acciones específicas para lograrlo–.
Durante la entrevista fue claro que los planes de regularización ya comenzaban a vislumbrarse. Alguien mencionó que la regularización antes proyectada por las autoridades educativas a partir del 10 de agosto no se haría con todos los alumnos por apellido, sino con quienes “no despegan”, es decir, a quienes consideran en mayor rezago.
4. Voces de directores de secundaria
Todos los y las directoras mencionaron que en sus escuelas hubo reuniones para decidir el plan de trabajo. Uno de ellos dijo que fue para “darles a conocer el plan de trabajo a los docentes”, más que para trabajarlo en conjunto con ellos. Los y las directoras señalaron que en sus centros de trabajo se jerarquizaron las asignaturas ante las dificultades para abarcar el currículo completo en medio de una pandemia; la mayoría dijo que se privilegiaron las asignaturas de matemáticas y español.
En todas las escuelas en las que fue posible hacer uso de herramientas tecnológicas, hubo capacitaciones para los docentes, aunque, dijeron los directores, “no sin dificultades”. En algunos casos, esta capacitación fue obligatoria y en otros fue opcional. El momento en el que se realizó también varió: algunas escuelas suspendieron clases antes de la instrucción de las autoridades, con el fin de usar ese tiempo para la formación docente presencial; en otras se llevó a cabo durante las vacaciones o ya durante el tiempo de clases. Uno de los directores compartió que en su escuela se creó un sistema de tutorías de pares para dar seguimiento a las necesidades de uso de estas nuevas tecnologías. Entre las herramientas utilizadas mencionadas se encuentran Google Drive, Google Classroom y Zoom.
Para aquellas escuelas en las que fue posible el uso de estas herramientas tecnológicas, fue necesario hacer un diseño instruccional (traducción a lenguaje educativo digital) del contenido de las diferentes asignaturas y el establecer medidas de disciplina en las clases, en tanto los estudiantes tendieron a distraerse con facilidad al poder interactuar con sus compañeros virtualmente, a falta de relaciones presenciales con ellos. Todos y todas las directoras dijeron que WhatsApp fue la herramienta más utilizada entre los miembros de sus comunidades escolares y entre éstos y las madres/padres de familia, en tanto su acceso y noción de uso se encuentra más extendido entre todos estos actores, en comparación con otras herramientas.
En algunas de las escuelas en las que los y las participantes del grupo entrevistado trabajan se realizaron encuestas para conocer las condiciones de los hogares para continuar con el aprendizaje en casa. Dijeron también que se comunicaron por teléfono con aquellos estudiantes que no poseen internet. Las limitantes administrativas derivadas de los riesgos de comunicación directa entre docentes y padres/madres hizo que en algunas escuelas se decidiera comprar chips telefónicos para estricto uso institucional.
Algunos directores hicieron hincapié en que su nivel de preparación para la pandemia dependió de los avances previos a ella –y, usualmente, en momentos en los que ésta no se vislumbraba siquiera– en el uso de tecnologías para la educación, ya sea por parte de individuos, o de la escuela en su conjunto, por ejemplo, en la capacitación y uso, tanto de plataformas educativas, como de páginas institucionales de los centros educativos.
Ente las actividades que se programaron para el aprendizaje a distancia de los y las estudiantes, se mencionó el uso de un fichero según el nivel de avance presencial de cada alumno –se dijo que se llegaron a realizar hasta 3 ficheros por asignatura–; también se solicitaron trabajos en equipo para que los niños interactuaran entre sí pese a la distancia física, y se hicieron gacetas con información sanitaria para las familias.
En relación con la evaluación del ciclo escolar, algunos directores dijeron que se estaba calificando según las normas administrativas establecidas por las autoridades educativas, pero se iban a tomar otros elementos relacionados con las vivencias durante el confinamiento; otros directores mencionaron el uso de carpetas de evidencias digitales para la calificación. Todos coincidieron en que: “… gracias al trabajo de todos los maestros, se ha podido que esto sea exitoso; yo no sé si ‘excelente’, porque, la verdad, no creo que tengamos parámetros, pero vamos saliendo, vamos saliendo adelante.”
5. Voces de docentes de educación media superior
Los docentes entrevistados nos compartieron que se realizaron reuniones de planeación en las instituciones de pocos maestros; en la mayoría de los planteles los docentes trabajaron por separado. Sólo en 2 escuelas se trabajaron proyectos transversales, y en otros casos hubo reuniones con algunos –no todos– los miembros de la comunidad escolar. En la escuela pública en la que labora una de las docentes, quien fungía como docente-coordinadora y en otra escuela privada, se trabajaron actividades integradoras por módulos y evaluación por equipos, lo que redujo notablemente la carga a estudiantes.
Las maestras dijeron que su estrategia fue cambiando conforme avanzó el tiempo, tanto porque el confinamiento fue extendido, como porque se fue probando su efectividad para los y las estudiantes y los docentes. En algunos casos, los materiales para trabajar se entregaron a los estudiantes de forma presencial o éstos entregaron sus tareas de la misma forma, con las medidas sanitarias correspondientes. Los y las maestras reportaron que la mayoría de sus alumnos no entregaron todo lo solicitado, o no lo hicieron en las fechas señaladas. En un caso más bien excepcional, se reportó que 94% de los estudiantes entregaron tareas.
Todos señalaron que diversificaron los tiempos y formas, tanto de enseñanza, como de entregas –y, por ende, de aprendizajes, en una medida mayor a la usual–; resalta el rol de otros estudiantes en ello:
“Las orientadoras establecen comunicación con los alumnos que no accesan a Classroom y les brindamos otras opciones de entrega. Hoy estamos en un periodo de regularización con los que es posible hacerlo empleando cualquiera de los recursos (Classroom, WhatsApp o correo).”
“Imparto la materia de Sociología, tengo alrededor de 410 alumnos, trabajé con el WhatsApp y correo electrónico. ¿Qué pasaba con los alumnos que no contaban con este servicio? Se armaron un grupo de alumnos con conectividad para ayudar a los que no tenía conectividad, [quienes] les enviaban su información a los que sí tenían conectividad. Ellos fueron ese puente; se pudo ayudar algunos y fueron pocos los que no lograron la conectividad.”
“Algunos de las y los alumnos con conectividad han sido efectivos puentes de comunicación con los que no la tienen. En CCH se hizo el esfuerzo de llamar a cada alumno que fue reportado por profesores por no haber estado conectados y estamos en un Periodo de Recuperación para esos alumnos.”
En cuanto a los materiales educativos utilizados durante el confinamiento, los maestros utilizaron guías que se podían imprimir o ver digitalmente, cuadernillos, antologías, videos, retos lúdicos con familias y, en algunos casos, libros de otros servicios educativos. Un profesor de bachillerato por televisión dijo:
“Nosotros trabajamos en el telebachillerato, no es el comunitario, sino es estatal, pero, digamos, como hermanos del subsistema del telebachillerato comunitario, ellos tienen libros electrónicos y, entonces, yo ocupé esos libros electrónicos que son los mismos temas, y esos se los compartía a los chicos para que tuvieran ese material adicional para poder trabajar.”
La herramienta tecnológica que más se utilizó para continuar con los procesos de enseñanza y aprendizaje fue WhatsApp, en ocasiones con los vocales de grupo, y en otras directamente con los estudiantes. En segundo lugar, el correo, especialmente con jóvenes que presentaron problemas de conectividad. Entre las otras herramientas que se utilizaron está Classroom, Teams, Schoology, Zoom, Meet, Facebook y/o un blog institucional.
Varios maestros decidieron utilizar las herramientas que ellos manejaban desde antes y algunos docentes también mencionaron que buscaron otras plataformas educativas de uso abierto para que los estudiantes que pudieran, las utilizaran; una maestra resaltó las plataformas que certifican los aprendizajes pues esto, dijo, motivó a los estudiantes a participar en los cursos ofrecidos. Los y las maestras entrevistadas dijeron que las habilidades tecnológicas previas de sus estudiantes fueron de utilidad para continuar con la enseñanza y el aprendizaje durante el confinamiento; sin embargo, también mencionaron que algunos de los alumnos tuvieron problemas para acceder a los espacios o recursos de aprendizaje, y se quejaron de que no aprendían.
Algunos maestros también reportaron haber incrementado su acercamiento con padres/madres de familia durante el confinamiento y todos hablaron sobre diversas estrategias que implementaron para prevenir la deserción y conseguir el logro escolar. Por ejemplo, una de ellas eligió a ciertos estudiantes como líderes para que dieran seguimiento personal a sus compañeros y los “recuperaran”. Otras dos maestras compartieron:
“Al tener, yo, mi grupo de WhatsApp con los chicos fue esta parte, si me permiten llamarlo, de ‘coacheo’: ‘–Buenos días, ustedes pueden, vamos adelante’. Lógicamente, se establecieron reglas porque, como ya se mencionó hay chicos que no duermen, porque ese es su hábito, viven al revés, entonces, [hubo] reglas en el grupo: ‘–Hasta las 11 de la noche puedes mandar tu mensaje, si lo mandas después, te contesto al otro día, etc.’. Pero esta parte de la motivación, me permitió rescatar, por lo menos…había jóvenes, de mis 3 grupos, porque con los 3 grupos hice grupo de WhatsApp, de estos jóvenes que perdieron la brújula y la motivación, también fueron llamadas por teléfono: ‘–Tú puedes, no te desanimes, etc.’; aunado a que CONALEP tiene la estructura…trabajamos vía zoom juntas colegiadas, donde nos daban la pauta a seguir, con nuestros programas de estudio, donde nosotros indicábamos lo que íbamos a hacer, se subían las actividades y hubo un seguimiento puntual, y nunca recibimos la indicación de que todos deben pasar, pero sí se recibió la indicación de valorar los esfuerzos de los chicos porque si llegamos a recibir mensajes de: ‘–Maestra, solamente tengo $20 para cargarle [al celular] para mandarle este mensaje’. Entonces, fue esta parte de solidaridad con los muchachos de: ‘–Bueno, pues, con un compañero, con un vecino, mándame la foto, yo te apoyo, yo te ayudo, o en una llamada explícame lo que hiciste’; fue como romper los obstáculos de manera positiva y siempre alentando al joven, lejos de cuestionar esta parte de debilidad que todos tuvimos, no nada más ellos. […] Pero, realmente, sí hubo deserciones, lógicamente, en presencial y en línea hay deserciones, pero fueron las menos […] pero, considero que la motivación al alumno es fundamental y es indispensable.”
“En la última reunión que tuvimos con la directora de la institución acordamos que nuestro primer propósito es no perder matrícula escolar, como dicen, todos los alumnos de un grado, de los de segundo, pasan a tercer semestre, los de cuarto tienen que pasar a quinto, pero el propósito es que tienen que regularizarse para que puedan ingresar con todos los conocimientos necesarios para el siguiente grado escolar. Sí ocupándonos con los de sexto que son los que, ahorita, tienen que hacer…que recibir un certificado para poder incorporarse al siguiente nivel educativo que, también, los que atienden ese semestre, mis compañeros, ya están con una propuesta que, en días, van a entregar para antes de poderse ir de vacaciones para que puedan ellos continuar y concluir exitosamente ese propósito.”
“Hay varios alumnos que ni pudieron entregar, que se desvincularon totalmente; ahorita ya como escuela nos hemos reunido virtualmente con los directivos y compañeros docentes en que […] ahorita vamos a evaluar y terminar con los alumnos que cumplieron regularmente y que no tienen ningún problema para evaluarse. Dimos un periodo para localizar…el área de psicología y orientación nos ayudó mucho a localizar todos esos alumnos que no supimos de ellos, nada, en todos estos meses; pero, con sus compañeros los localizamos y vamos a buscar…cada uno va a implementar sus estrategias para que estos alumnos logren, porque, lo dice la indicación: ‘–Todos los alumnos deben aprobar, ningún reprobado’, sí, pero más que esa valoración, que ese número que tenemos que asignar, nos ocupa más el que el alumno aprenda algo, o tenga conocimiento de que hay algo que tiene que concluir estipulado en el semestre en que se encuentra ahorita; para mí eso es más significativo. Como estrategia sí nos han pedido que diseñemos algunas actividades para que podamos evaluarlos, pero más que evaluarlo, [me interesa] que mi alumno conozca y reconozca qué tan importante es aprender eso que tiene estipulado en este periodo escolar. Y termino con relación con todo aquello que nos lleva como compromiso y responsabilidad docente: el hecho de que nuestros alumnos concluyan satisfactoriamente, pero que llevemos esa satisfacción de que nunca…en la parte socioemocional que ellos sepan que nunca estuvimos lejos de ellos; a distancia sí, pero, le decía yo, ‘de corazón, de acompañamiento y de ocupación’, para que ellos concluyeran satisfactoriamente, eso siempre se los dejé muy marcado y creo que eso motivó a muchos de mis alumnos a que cumplieran y […] a que se concluyera, pues no tan satisfactoriamente, pero sí cumpliendo casi el porcentaje que les indicamos [94% estudiantes entregaron alguna evidencia]”.
6. Nota de cierre
Todos los testimonios que mostramos en esta nota nos revelan, de manera inequívoca, cómo los y las maestras –y las otras figuras educativas entrevistadas– resolvieron el reto de enseñar a distancia con mucho esfuerzo y creatividad, desde su, a veces limitado y poco valorado, espacio de autonomía, y también, y muy importante, desde el trabajo colaborativo con sus pares, todo ello a partir del conocimiento de sus alumnos y su contexto.
A partir de ello buscamos invitar a toda la comunidad de investigadores educativos y a las autoridades a “escuchar” las reflexiones, opiniones y propuestas de los docentes; y a estos últimos a seguir compartiéndonos cómo están resolviendo los procesos de enseñar y aprender en los tiempos difíciles que atravesamos.
Desde el Faro Educativo del INIDE, Grupo Loga y la Red de Mujeres Unidas por la Educación hemos buscado escuchar y amplificar las voces de maestras y maestros en campo. Conocer y dar a conocer sus experiencias y reflexiones durante la suspensión de clases presenciales a causa de la pandemia actual puede ayudarnos a ajustar la brújula para transitar con mayor seguridad y esperanza entre la incertidumbre y retos que envuelve al regreso a clases.
Referencias
Acuerdo 12/06/20. Por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020 y cumplir con los planes y programas de estudio de Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria), Normal y demás para la formación de maestros de Educación Básica aplicables a toda la República, al igual que aquellos planes y programas de estudio del tipo Medio Superior que la Secretaría de Educación Pública haya emitido, en beneficio de los educandos, Diario Oficial de la Federación [D.O.], 4 de junio de 2020. https://bit.ly/3jRRRvJ
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020, marzo 11). WHO Director-General’s opening remarks at the media briefing on COVID-19. https://bit.ly/2ExiSEC
SEP. (2020a, marzo 23). Boletín No. 75. Transmitirán sistemas públicos de comunicación contenidos educativos durante el receso escolar preventivo por COVID-19. https://bit.ly/2XaDGIu
SEP. (2020b, abril 18). Boletín No. 98. Se sustenta el programa Aprende en Casa en los Libros de Texto Gratuitos: SEP. https://bit.ly/30XcfmB SEP. (2020c, abril 22). Boletín No. 101. Inicia SEP, en colaboración con Google, capacitación virtual de más de 500 mil maestros y padres de familia. https://bit.ly/3feecQB
Autor:Faro Educativo Fuente:https://faroeducativo.ibero.mx/2020/08/22/como-se-sorteo-la-ensenanza-y-el-aprendizaje-a-distancia-voces-de-docentes-trabajando/