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Pandemia dañó proceso educativo de niños y adolescentes

Con la pandemia el futuro de la educación se adelantó y puso en evidencia la capacidad de adaptación de alumnos y maestros; pero también, los daños que las clases en línea provocan en el proceso educativo del nivel básico, abriendo brechas que el sistema tradicional había reducido.



Los estudiantes de primaria y secundaria ampliaron sus habilidades en el manejo de las herramientas digitales y dispositivos electrónicos, al tiempo que se enfrentaron al desencanto de aprender solos, durante horas, frente a una pantalla.
“Hubo pérdidas en los aprendizajes, ahí está la primera brecha y ahora hay una nueva brecha porque tenemos los estudiantes que se digitalizaron en el sentido que aprendieron frente a los que no”, consideró Rodolfo Cruz Badillo, doctor en Pedagogía e investigador de la Facultad de Educación, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
Para el investigador, además de poner a prueba su capacidad de adaptación al sistema de educación a distancia, hubo miles de estudiantes que tuvieron que enfrentar la falta de un equipo e incluso una conexión estable de internet para tomar clases.
En un balance sobre los beneficios y afectaciones que deja la experiencia del modelo hibrido en el método educativo, Cruz Badillo destaca que si bien se diversificaron los materiales con la digitalización de los libros de texto, producción de videos y programas educativos televisivos, ninguno de estos recursos pudo sustituir la interacción del maestro con sus alumnos.
“Nos dimos cuenta pues que ver la tele con ese acceso a la información, pues solamente era eso, acceso a la información, pero el acto educativo es tan complejo, que además de ese acceso a la información los alumnos necesitan ese apoyo. Decían que la televisión educa y con equidad y se dieron cuenta que ni educa ni lo hace con equidad, es una acción que más bien realizan los profesores”, explicó.
Rodolfo Cruz Badillo rechazó la idea de que los estudiantes de nivel básico son nativos digitales y por tanto pueden aprovechar mejor la tecnología en el proceso de aprendizaje y afirmó que si bien saben utilizar las redes sociales, esto no se traduce en una habilidad para investigar en las plataformas digitales.
“Nos enteramos que sabían usar muy bien las redes pero no sabían, por ejemplo, cómo usar toda la gama de tecnologías para poder aplicarlas, para producir conocimiento, no sabían dónde buscar, como buscar, entonces no son tan nativos digitales”, expresó.



En lo emocional también hay secuelas que impactarán en el regreso a las aulas en el 2022 y si bien los niños y adolescentes demostraron una gran resistencia y adaptabilidad ante el confinamiento no se descartan cuadros de depresión y ansiedad.
Desde el punto de vista de Dulce María Pérez Torres, especialista con doctorado y maestrías en sicología social por universidades como la BUAP, UPAEP, Universidad Iberoamericana y La Salle, existe un círculo no virtuoso en el que estos dos males emocionales se acompañan y afectan a los estudiantes.
“Esto va a generar en el futuro, cuando entremos a enero, pasando esta efervescencia de las fiestas navideñas, lo que va a producir es un aumento en estos sentimiento de poca valía”, afirmó Pérez Torres y consideró fundamental que tanto maestros como padres de familia estén pendientes de estos padecimiento.
“Debemos ponerles metas en el corto y en el mediano plazo para que las alcancen, por ejemplo el arreglo de la casa o la parte de organizar los juguetes o ver las libretas, actividades muy sencillas que sean adecuadas al niño para que puedan resolver las situaciones de entretenimiento, de ocio, de tiempo libre y al mismo tiempo prepararlos para regresar al colegio, explicarles si van a poder o no regresar a la escuela”, expresó.
Dulce María Pérez confió en que pese a esa problemática emocional en algunos estudiantes, la resiliencia jugará un papel muy importante pero, consideró, esta debe estar acompañada por un fortalecimiento de la autoestima de los menores.

Desde el punto de los maestros de grupo, aunado a las dificultades de conectividad, las dinámicas de los hogares perjudico el proceso educativo ya que algunos cuidaban a sus hermanos más pequeños o tenía que ayudar en algunas tareas domésticas.
“No es que lo niños no estén aprendiendo, es más lento el proceso, son varios factores, la barrera de la distancia, la barrera de la fallas tecnológicas, se va a la luz, falla el internet, esas son barreras que estorban y a veces la misma familia; las actividades propias de cada familia, que mamá tiene que guisar, que tienen que salir hacer algún pago y no pueden dejar al niño solo y se desconectan y eso hace que no estén al cien como cuando están dentro de la escuela” explica la maestra Zoraida Curiel López, Directora de Primaria y Secundaria del Instituto Jabes.
Incluso, sostiene Curiel López, los padres pueden representar también un obstáculo en el proceso educativo.
“El niño reacciona diferente con el padre que con el maestro, el padre se desespera porque queremos que nuestros hijos sean excelentes y al ver que algo se les dificulta los papas quieren hacerlo y a diferencia cuando están en la escuela los niños están en la libertad de ser autónomos, cometer errores y no pasa nada, la maestra corrige la postura sin generar esta frustración que fue lo que llegó a pasar cuando estaban en casa”, afirmó.
Autor:Sarrauta Educaciòn Fuente:https://sarrauteducacion.com/2021/12/20/pandemia-dano-proceso-educativo-de-ninos-y-adolescentes/