Vivimos en un mundo complejo y cambiante. En este contexto, las habilidades cognitivas de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, aunque esenciales, no son suficientes para enfrentar los desafíos sociales, políticos, económicos y ambientales.
Así, el desarrollo socioemocional emerge como una necesidad crítica para la formación integral de las personas. Sin embargo, este desarrollo no ocurre de manera automática; requiere planeación cuidadosa y práctica deliberada y constante.

En este sentido, el segundo volumen del estudio Survey on Social and Emotional Skills (SSES) 2023, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es de gran relevancia. Este estudio, aplicado en 16 países a estudiantes de entre 10 y 15 años, examina cómo los ambientes de aprendizaje —incluyendo la escuela, el hogar y la sociedad— promueven el desarrollo de habilidades socioemocionales.
Fue lanzado recientemente en Chile y proporciona una oportunidad valiosa para entender mejor cómo adaptar las escuelas y el hogar para fomentar el desarrollo socioemocional de manera efectiva.

En el ámbito escolar, los hallazgos son claros: una mayor retroalimentación de los docentes hacia los estudiantes se asocia con un mayor desarrollo de habilidades sociales y emocionales en estos últimos. Esto subraya la importancia de que las y los maestros reciban una formación especializada que les permita fomentar estas competencias.
En México, organizaciones como Atentamente diseñan e implementan programas de formación docente enfocados en estas habilidades.

El estudio destaca el potencial de las actividades extracurriculares para contribuir al desarrollo socioemocional. La extensión de la jornada escolar, una de las iniciativas clave impulsadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, podría ser un espacio propicio para incorporar estas actividades que apoyen el desarrollo integral de los estudiantes.
En cuanto al hogar y la sociedad, un aspecto fundamental para el bienestar socioemocional es que las y los estudiantes se sientan incluidos en sus entornos escolares. Esta inclusión ha sido una meta que el ámbito académico y las políticas públicas han perseguido durante años.
En un contexto de altos niveles de violencia y descomposición social, muchos estudiantes son víctimas de bullying y violencia en las escuelas, especialmente en secundaria, como ha señalado recientemente la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
Combatir el bullying es una de las prioridades señaladas en el informe de la OCDE, con un énfasis especial en proteger a los estudiantes más vulnerables, aquellos con bajo rendimiento académico y a las niñas porque enfrentan desafíos adicionales debido a la persistencia de estereotipos de género profundamente arraigados.
El informe revela que los niños, en particular, muestran una mayor aceptación de estos estereotipos. Sin embargo, se observó que cuando los estudiantes crecen en hogares donde hombres y mujeres comparten las tareas domésticas, hay una menor aceptación de estos estereotipos y un mayor desarrollo de habilidades socioemocionales.
Lamentablemente, los resultados del estudio no reflejan plenamente la situación de México, ya que los datos recopilados de estudiantes, maestros y directivos no cumplieron con los estándares técnicos requeridos para ser comparables a nivel internacional. Por esta razón, los datos del país fueron excluidos del promedio internacional y reportados por separado.
A pesar de ello, el estudio muestra que la habilidad socioemocional más valorada fue la cooperación, destacándose frente a otras como la tolerancia y la creatividad. Algo es algo.