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La formación continua es inherente a la docencia.

El Currículo 2022, donde se incorporan diversas innovaciones en el nivel de las prácticas docentes, así como de la gestión escolar y los enfoques pedagógicos, requiere, para su puesta en práctica, de una modificación radical del comportamiento docente.



El Currículo 2022, donde se incorporan diversas innovaciones en el nivel de las prácticas docentes, así como de la gestión escolar y los enfoques pedagógicos, requiere, para su puesta en práctica, de una modificación radical del comportamiento docente. No olvidemos que este comportamiento profesional había empezado un nuevo proceso de adaptación a raíz del Marco curricular 2017 y que aún estaba débilmente consolidado.
Por la naturaleza de la Reforma que dio lugar al Currículo 2022, no basta con actualizaciones en tópicos específicos o capacitaciones puntuales, aunque, por supuesto, ocasionalmente también deberán aplicarse. Lo que hace falta, lo que urge, es acompañar la realización de las nuevas propuestas pedagógicas, mediante un proceso global de formación continua.
En la escuela convive un conglomerado diverso de personas con distintos saberes e intereses; diversas experiencias, habilidades y expectativas, por lo que resulta “natural” que las interpretaciones se impongan sobre el entendimiento cabal y puntual de los conceptos y definiciones que deben conducir a mejores prácticas acordes con la Nueva Escuela Mexicana.
Para superar esa Babel que producen las interpretaciones alimentadas de emociones, equívocos, falsas informaciones o buenos deseos, es que nos parece que un programa de formación continua sería la solución correcta para la necesidad de impulsar una educación que contribuya a promover aprendizajes de excelencia en ambientes escolares equitativos.
La autonomía profesional y la incorporación de la comunidad como inspiradora y destinataria de las realizaciones de la escuela, son dos de los aciertos de este plan de estudios; pero su cabal y correcta aplicación comienza con una buena lectura de las propuestas pedagógicas. No basta con lanzar “interpretaciones” sin ton ni son, escudados en la autonomía. La verdadera autonomía comienza con una buena información.
El aislamiento en el que vivieron y se desarrollaron los profesores, por décadas ha hecho daño a nuestra profesión. Por fortuna mucho ha cambiado y hoy sabemos que el trabajo colaborativo, las reflexiones y el análisis de situaciones y problemas entre colegas ha ayudado grandemente a la profesionalización docente que estamos comenzando a construir.
Es fundamental entonces pensar en invertir en una verdadera Institución de acompañamiento constante y permanente de formación docente, donde se instalen los mejores perfiles.
La formación continua, como dependencia del Sistema Educativo Nacional, ha contribuido a la consolidación de esta característica del magisterio: es el gremio que contribuye a la formación de las jóvenes generaciones; pero que no puede renunciar a la necesidad de seguir aprendiendo durante todo su proceso de ejercicio de la docencia.
No reduzcamos la Formación Continua a la impartición de cursos y talleres; es necesario concebir la misión de la formación continua como la de un cuerpo académico que acompaña el proceso de profesionalización de los docentes, desarrollando las mejores condiciones para mantener su esencia colaborativa; su disposición para reflexionar y buscar siempre mejores soluciones o caminos para sus enseñanzas.
Para hacer realidad el anhelo de contar con un sistema de formación que contribuya de manera más efectiva a la ejecución de mejores prácticas educativas -de acuerdo a contextos locales o regionales-, pero, sobre todo que ayude a entender las propuestas pedagógicas del Currículo 2022, es necesario destinar presupuestos suficientes.
No puede abandonarse a la interpretación débilmente informada, de quienes tienen la responsabilidad de realizar una educación de calidad con los actuales educandos; es necesario invertir en personal altamente capacitado para ello.
Los maestros y maestras tenemos necesidad de comprender, entre otras ¿Cómo incorporar a la comunidad en nuestra tarea cotidiana de formar a las niñas y a los niños?, ¿Cuáles son las mejores maneras de hacerlo, y en qué momento?, ¿Cómo podemos incorporar la dimensión “comunidad contextual” de manera armónica?; y lo más importante, cómo advertir que con ello estamos contribuyendo a formar mejores personas con equidad y justicia social.
Autor:Mexicanos Primero Fuente:https://www.mexicanosprimero.org/blog/la-formacion-continua-es-inherente-a-la-docencia