Grupo Loga | comprometerse-con-la-profesion-docente-en-serio-arcelia-martinez-bordon

Comprometerse con la profesión docente, en serio Arcelia Martínez Bordón

En educación, pocas palabras se mencionan tanto —y se comprenden tan poco— como autonomía docente.



En educación, pocas palabras se mencionan tanto —y se comprenden tan poco— como autonomía docente . En Finlandia no es una aspiración pendiente ni un adorno discursivo: es una realidad viva, respaldada por políticas coherentes. Las y los maestros no sólo enseñan contenidos; diseñan estrategias, evalúan procesos, cuidan a sus estudiantes y toman decisiones pedagógicas con libertad y responsabilidad. Esa confianza institucional interpela de manera directa la manera en que, en países como México, organizamos, supervisamos y valoramos el trabajo docente.

Una nota necesaria sobre las comparaciones

Este texto no busca equiparar dos sistemas educativos tan distintos ni sugerir transferencias automáticas de políticas. Finlandia es un país de poco más de cinco millones de habitantes, con alto desarrollo humano y baja desigualdad. México, en contraste, enfrenta profundas brechas sociales, territoriales y de género y un sistema educativo que atiende a más de 35 millones de estudiantes. Pero mirar experiencias internacionales con seriedad no es idealizarlas. Significa preguntarnos qué decisiones políticas han permitido sostener ciertos principios, qué condiciones propician una docencia digna, y qué podríamos construir —con nuestros propios recursos y límites— para fortalecer el derecho a aprender y enseñar.

¿Qué nos muestran las escuelas en Finlandia?

Hace unos días regresé de un viaje a Finlandia, donde hice una inmersión pedagógica en Helsinki y Turku. Visité escuelas de todos los niveles educativos, desde preescolar hasta superior, incluyendo una escuela de formación docente. En todas encontré espacios acogedores, coloridos y pensados para fomentar el aprendizaje, el pensamiento crítico, la autonomía y el bienestar. Las paredes estaban decoradas con trabajos del estudiantado, y había rincones para leer, conversar y jugar. Se respiraba calma y respeto.
En cada escuela, observamos aulas en funcionamiento y dialogamos con docentes y directivos. La primera charla fue en la Escuela Normal de Turku, donde su directora expuso con convicción los pilares del sistema educativo finlandés: el bienestar estudiantil, la autonomía docente y el desarrollo de competencias para la vida. Explicó cómo un currículo flexible permite a cada docente ejercer su juicio profesional, planear con libertad y responder a su contexto, sin presiones externas ni inspecciones constantes. Ahí entendí que lo distintivo de Finlandia no es un modelo perfecto, sino una decisión sostenida de tratar la educación como un bien público estratégico, con políticas que cuidan.

Revalorizar no es sólo pagar más

Con motivo del Día del Maestro, el gobierno mexicano anunció un aumento salarial inmediato del 9% para docentes de educación básica. Es un reconocimiento justo, en especial frente al rezago salarial y la inflación. Pero revalorar la docencia va más allá del sueldo. Como muestra el estudio Enseñar a enseñar, la formación inicial docente es el primer eslabón de la calidad educativa. En Finlandia, desde 1974 se exige una maestría para ejercer la docencia. Esta exigencia ha consolidado una cultura profesional basada en el conocimiento pedagógico, la investigación aplicada y el compromiso ético.

En México, en cambio, los requisitos de ingreso a las normales se han relajado en varios estados, permitiendo el acceso con promedios menores a 7 y sin procesos sólidos de selección. No obstante, sería injusto responsabilizar sólo a quienes ingresan. Como documenta Esmeralda Dionicio, muchos jóvenes llegan a las normales con genuino interés, aunque también con dudas, presiones económicas o falta de información. Como documenta Esmeralda Dionicio , muchos jóvenes llegan a las normales con genuino interés, aunque también con dudas, presiones económicas o falta de información. Como señala en su tesis: “No todos los jóvenes que ingresan a la licenciatura en educación primaria están convencidos de querer ser maestros (…) Las políticas de formación deben considerar esta situación”.
Revalorar implica reconocer esos contextos, fortalecer el acompañamiento, mejorar la formación inicial y generar condiciones para que la vocación emerja y se sostenga
. Es decir, además de buscar a las y los mejores candidatos para la docencia, hay que acompañar sus trayectorias profesionales, para enseñar con sentido, herramientas y apoyo.


La Nueva escuela mexicana: entre la promesa y el desafío

La Nueva Escuela Mexicana (NEM) ha colocado en el centro del discurso la revalorización magistral. Reconoce al docente como agente de transformación y plantea mejoras en su formación y condiciones laborales. Sin embargo, la realidad institucional dista aún de esa promesa. Las normales enfrentan desigualdades profundas en presupuesto, infraestructura, calidad docente y actualización. Aunque los planes de estudio incorporan más horas en lengua y matemáticas, persisten brechas entre lo que se enseña en las normales y lo que se necesita para enseñar de manera eficaz en los primeros grados.
Además, la participación docente en la implementación de la NEM ha sido escasa. Muchos reciben los nuevos planes ya definidos, sin procesos claros de consulta ni acompañamiento. Revalorar en serio invertir en formación continua, garantizar plazas, reducir la sobrecarga laboral y ofrecer condiciones reales para planear, capacitarse y aplicar los principios del nuevo modelo. Hoy, las y los docentes enfrentan crecientes exigencias con menos tiempo, recursos y apoyo. Están al límite.
¿Qué podríamos aprender de Finlandia?

Finlandia no es perfecta ni su modelo es transferible sin ajustes. Pero ofrece pistas valiosas si las miramos con sentido crítico. Algunas lecciones clave:

1) La formación inicial como prioridad. Ser docente implica estudiar al menos cinco años, pasar por filtros exigentes y combinar teoría con práctica intensiva. El prestigio de la profesión se construye desde ahí.
2) Condiciones laborales que acompañan. Más allá del salario competitivo, hay estabilidad, respeto institucional y una cultura de desarrollo profesional continuo. Las y los docentes tienen tiempo para planear, reflexionar, colaborar. No están solos.
3) Continuidad y coherencia en las políticas. La educación en Finlandia no cambia con cada elección. Es una política de Estado, no de coyuntura. Esa estabilidad permite un entorno confiable donde las y los maestros pueden concentrarse en lo esencial: enseñar.
4) El bienestar como condición del aprendizaje. No se trata sólo de evitar problemas, sino de generar entornos donde el estudiantado pueda desarrollarse emocional, social y cognitivamente. Se valora la autonomía, pero también el acompañamiento, y se reconoce que aprender implica atravesar desafíos.
5) Evitar el abandono escolar como prioridad nacional. En Finlandia, cada estudiante que permanece en la escuela no sólo conserva una oportunidad personal: sostiene un compromiso colectivo con el futuro. Por eso, hay políticas de prevención e inclusión, diseñadas para asegurar trayectorias educativas continuas.
México —en contraste— ha transitado por reformas, contrarreformas y ciclos de desarticulación, sin una visión educativa sostenida. La formación docente sigue fragmentada; las condiciones laborales varían entre estados; las trayectorias escolares están marcadas por el rezago y el abandono, en especial en contextos rurales, indígenas o de alta marginación.

A esto se suma una debilidad crónica institucional: políticas inestables, programas sin evaluación rigurosa, decisiones sujetas al calendario político más que a las necesidades del sistema. Frente a este panorama, Finlandia no es un ideal inalcanzable, sino un recordatorio de lo que puede lograrse cuando un país decida tomarse la educación en serio.

Día del Maestro: un punto de partida

Más allá del aplauso simbólico, el Día del Maestro debería ser una oportunidad para reimaginar la docencia desde el reconocimiento y la responsabilidad pública. Creer en las y los docentes no es una consigna vacía: es una decisión política que exige inversión, continuidad y diálogo.
Una política de revalorización docente debe incluir:

  • Condiciones dignas de trabajo: infraestructura, materiales, estabilidad laboral.
  • Desarrollo profesional continuo y pertinente.
  • Participación activa del magisterio en el diseño e implementación de políticas.
  • Una narrativa pública de respeto, escucha y reconocimiento, acompañada de financiamiento sostenido.Un corolario

Un corolario
Finlandia no es una receta, pero sí una inspiración.
 Nos muestra lo que es posible cuando educar se asume como una tarea social de primer orden. Revalorizar la docencia no se logra con discursos ni con parches: requiere políticas de largo aliento, sostenidas en la confianza, la evidencia y el compromiso. Si queremos una educación más justa, más humana y efectiva, el camino empieza ahí: en apostar por la formación, el cuidado y la profesionalización de quienes enseñan.
Arcelia Martínez Bordón

Académica en la Universidad Iberoamericana. Coordina el Faro Educativo de la Ibero.
Autor:Nexos Fuente:https://educacion.nexos.com.mx/comprometerse-con-la-profesion-docente-en-serio/