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El abandono escolar en escuelas privadas de prestigio

En las escuelas privadas de prestigio, el abandono escolar no suele relacionarse con la falta de recursos económicos, sino con la presión académica, la falta de seguimiento, la exclusión social y el impacto emocional del estudiantado por no alcanzar los estándares exigidos en estas instituciones.



El abandono escolar en la educación media superior es un problema acuciante en México. Históricamente, es el nivel educativo con la tasa de abandono escolar más alta, de acuerdo con datos publicados por ( INEGI, 2024 ). En el periodo escolar 2023-2024, más de medio millón de estudiantes abandonaron sus estudios y se estima que esta cifra sea mayor en el periodo que acaba de concluir. Aunque las cifras oficiales más recientes reportan que el 11.3 % de los jóvenes en educación media superior interrumpieron sus estudios ( SEP, 2024 ), diversas organizaciones civiles estiman porcentajes mucho más altos, lo que refleja que el problema sigue vigente. Con frecuencia, este fenómeno se vincula con problemas económicos que impiden a los estudiantes continuar con sus estudios. Sin embargo, no es el único factor, de hecho, existe otra cara poco explorada de esta problemática: el abandono escolar en colegios privados de prestigio.
En las instituciones privadas de prestigio, donde los jóvenes parecen tenerlo todo a su favor, con infraestructura, recursos tecnológicos, docentes capacitados, etc., también claudican. Generalmente, en este sector educativo el problema no suele relacionarse con la falta de recursos económicos, sino con la presión académica, la exclusión social y el impacto emocional por no alcanzar los estándares exigidos en estas instituciones. En este artículo, comparto los hallazgos de un estudio de caso realizado en 2020 en una preparatoria privada de élite, así como la experiencia personal de quien escribe como docente y madre de un adolescente en esta etapa. La invitación es a mirar el abandono escolar desde otra óptica y, sobre todo, a replantear qué significa realmente “prestigio” en la educación.

El abandono escolar no siempre es un acto voluntario

La obligatoriedad de la educación media superior en México se desarrolló en el año 2012. Actualmente, existen más de 5.4 millones de jóvenes que cursan el bachillerato (preparatoria) en México ( SEP, 2025 ). Cabe señalar que, desde el año 2020, las autoridades mexicanas a través de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) utilizan el término 'desafiliación escolar' en sustitución del abandono escolar para referirse a este fenómeno. El propósito es destacar que la interrupción de los estudios no siempre implica un abandono voluntario o falta de interés por parte de los estudiantes, sino también procesos complejos donde intervienen factores personales, sociales y académicos ( MEJOREDU, 2024 ).
Un informe de la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS, 2018) muestra que 8 de cada 10 estudiantes que abandonaron la escuela no recibieron seguimiento ni contacto de docentes o directivos durante el proceso previo a la deserción, evidenciando la falta de estrategias de acompañamiento oportuno.
Por ello, el abandono escolar no es solo un problema personal del estudiante, también es una responsabilidad institucional. Soslayar esta realidad pone en riesgo el futuro de muchos jóvenes.
Además, en el caso de las escuelas privadas de prestigio, existe un elemento adicional: la reputación. Estas instituciones buscan conservar una imagen de excelencia académica, lo que se traduce en criterios de admisión y permanencia sumamente selectivos (Skallerud, 2011). Los estudiantes que reprueban el año o el semestre escolar no solo enfrentan la frustración personal, sino que además quedan etiquetados, ya que ninguna otra escuela privada de prestigio los admite, bajo el argumento de que “esta escuela no acepta reprobados”.

Tendencias y debates sobre el abandono escolar

En los últimos años, distintas políticas educativas han insistido en la importancia de la inclusión y la permanencia escolar. La UNESCO (1994), por ejemplo, sostiene que la educación media superior debe garantizar oportunidades para todos, mientras que la SEP (2012) recomienda que las escuelas sean evaluadas no solo por su nivel académico, sino también por su eficiencia terminal, es decir, por cuántos estudiantes concluyen exitosamente la escuela. Asimismo, de acuerdo con Tinto (1993), la permanencia escolar no solo depende del desempeño académico, sino también de la integración social y del sentido de pertenencia que los estudiantes se encuentran en la institución.
De acuerdo con el informe de la MEJOREDU (2024), se enfatiza que el desafío escolar no depende únicamente de factores económicos, sino también de la presión académica, la falta de apoyo emocional y la desconexión con el entorno escolar. Estos hallazgos coinciden con lo observado en el estudio de caso presentado más adelante. En el informe se explica que, incluso en las instituciones de prestigio, los estudiantes enfrentan exigencias que afectan su bienestar emocional y su motivación, incrementando el riesgo de interrupción de los estudios. Por ello, incorpora estrategias de acompañamiento socioemocional y promover la integración y el sentido de comunidad se vuelve, entonces, fundamental para prevenir la desafiliación y favorecer la permanencia educativa. Para más detalles, consulta el informe completo aquí .
A nivel internacional, existen ejemplos de colegios que han implementado programas socioemocionales y de tutoría personalizada para prevenir el abandono escolar. Investigaciones recientes confirman que el apoyo emocional y la construcción de autoestima son factores decisivos para que los jóvenes continúen sus estudios (Martínez-Hernández & Valderrama-Juárez, 2010). Un ejemplo a gran escala es el caso de Finlandia, cuyos datos sobre equidad y permanencia escolar son notables; ver informe completo en Panorama de la educación 2024 – Nota de país: Finlandia de la OCDE.
El reto, entonces, es ajustar la exigencia académica con un acompañamiento humano,
evitando así que el prestigio de una institución se convierta en una barrera de exclusión.

Estudio de caso sobre el abandono escolar en una escuela privada de élite

Durante cuatro años como profesora en una preparatoria privada de prestigio en la Ciudad de México, observó que varios estudiantes abandonaban sus estudios, no por incapacidad intelectual, sino por fragilidad emocional y la presión de programas de estudio excesivamente rígidos. Esta inquietud me llevó a realizar un diagnóstico como parte de mi maestría en Educación.

El diagnóstico

Apliqué un cuestionario a cinco exalumnos de la institución y recabé testimonios de los padres, madres y tutores. Afortunadamente, no fue complicado para mí poder ubicarlos, ya que eran amigos de mis estudiantes en turno. Algunos los contacté por Facebook y otros los encontré cuando regresaban al campus a visitar a sus compañeros. Gracias a esa cercanía, me fue posible recoger sus voces de manera directa, y lo que compartieron fue revelador:
  • El 100% de los jóvenes quería seguir estudiando una carrera universitaria, pero no pudo concluir la preparatoria en ese colegio.
  • El 80% sentía que las exigencias académicas eran demasiado altas.
  • El 60 % afirmó que la carga de trabajo les impedía mantener su vida social.
  • El 80 % confesó haber tenido sentido etiquetado como “perdedor” por no cumplir con los programas de estudio.
A pesar de que algunos docentes intentaron apoyar a estos estudiantes, los esfuerzos resultaron insuficientes. El problema no era la falta de capacidad, sino el choque entre la adolescencia —etapa de construcción identitaria— y un modelo escolar competitivo, con pocas oportunidades de acompañamiento socioemocional.

Estrategias para generar conciencia sobre el abandono escolar en el estudiantado

En respuesta a esta problemática, se diseñaron dos estrategias de intervención que buscaban equilibrar la exigencia académica con espacios de escucha y acompañamiento.
1.- Generar conciencia del abandono escolar en los estudiantes.
Se buscó que los estudiantes comprendieran la magnitud del abandono escolar a nivel nacional e internacional mediante investigación previa, siguiendo un modelo de aula invertida y posterior discusión en clase. A través de exposiciones, anécdotas cercanas y debates, los estudiantes reflexionaron sobre las causas y consecuencias del abandono, fomentando empatía hacia sus compañeros y conciencia sobre la importancia de un entorno cooperativo.
Durante estas sesiones, los estudiantes compartieron historias de amigos o familiares que habían abandonado la escuela: unos bajaban la mirada, otros asentían con la cabeza y algunos se sorprendían al escuchar experiencias similares a las propias. Una estudiante llegó a llorar al sentirse identificada, lo que profundizó la empatía del grupo. El ambiente se volvió de atención y respeto, generando un primer vínculo emocional con el tema.
2.- Construcción de Múltiples perspectivas sobre el abandono escolar y análisis de casos
Se trabajaron casos de exalumnos de su propio colegio y entrevistas con madres, padres, tutores, amigos y profesores, combinando análisis individuales, discusiones en parejas y equipos ( think-pair-share ). Los estudiantes redactaron reflexiones críticas que integraban sus aprendizajes, identificando causas multifactoriales del abandono y evaluando posibles acciones para apoyar a compañeros en riesgo.
Durante los debates, era común escuchar comentarios como: “Nunca pensé que otros también sintieron tanta presión” o “Me doy cuenta de que no estoy solo”. Algunos estudiantes se animaban a expresar miedo a reprobar o frustración por la carga académica, mientras los demás escuchaban atentos, con gestos de comprensión y asentimiento. Esta interacción permitió que la empatía y la cohesión grupal comenzaran a fortalecerse.

Acciones didácticas y espacios de reflexión sobre el abandono escolar

  • Dinámicas de integración y aprendizaje basadas en la comunidad: Para esta experiencia única invité a un experto: una maestra retirada que ayuda a estudiantes que dejaron la preparatoria privada a continuar con la Preparatoria Abierta de la SEP. Los estudiantes prepararon preguntas sobre cómo apoyaba a sus estudiantes y por qué creía que muchos abandonaban sus escuelas. En clase, realizó la entrevista y luego reflexionaron juntos sobre el abandono escolar y la importancia de la empatía hacia sus compañeros en riesgo. Durante las actividades y discusiones en grupo, los estudiantes comenzaron a mezclarse más, ofrecer ayuda de manera espontánea y animarse entre ellos, mostrando un interés genuino por el progreso de todos. Participaron dos grupos del tercer semestre, alrededor de 30 estudiantes cada uno, y la experiencia dejó claro que aprender en comunidad puede transformar la dinámica del aula.
  • Espacios de reflexión sobre autoestima, resiliencia y manejo emocional: Los estudiantes compartieron experiencias personales, aprendiendo a reconocer sus emociones y las de los demás. Tras la visita del experto, elaboraron reflexiones en equipo sobre el abandono escolar, abordando conflictos familiares, presión académica, baja autoestima y la importancia de la empatía hacia sus compañeros. Estas reflexiones evidenciaron un mayor entendimiento de que la deserción escolar es un fenómeno complejo y refuerzan la disposición de los alumnos a apoyar a sus pares.
  • Actividades en diversas modalidades: Trabajos escritos, exposiciones y participación en clase, utilizando también técnicas como fishbowl o think-pair-share , permitieron que cada estudiante mostrara avances según sus habilidades. Se valoraron tanto el contenido como la capacidad de expresión y la honestidad emocional, fomentando la confianza y la autoconciencia. El impacto de estas estrategias se manifestó también fuera del aula: en el Concurso de Discursos Persuasivos de la institución, una alumna —quien obtuvo el segundo lugar— habló sobre el abandono escolar y propuso acciones concretas para apoyar a sus compañeros, como ayudar a quienes tienen dificultades académicas o integrarlos socialmente.
Estas estrategias demostraron que el acompañamiento socioemocional y la reflexión sobre casos cercanos podrían transformar la dinámica del aula. Los estudiantes se sintieron seguros para mostrarse vulnerables, expresar dudas y compartir temores, mientras el grupo respondía con escucha activa y apoyo. Con el tiempo, esto fortaleció la cohesión: ayudaban a compañeros con dificultades, intercambiaban consejos y, fuera del aula, organizaban pequeñas salidas para reforzar la amistad y la cooperación. El estudio de caso evidencia que acciones concretas como estas pueden impactar la motivación académica y la construcción de comunidad, promoviendo el bienestar, la autoconciencia y la capacidad de identificar riesgos asociados al abandono escolar.

Reflexión

El abandono escolar en colegios de prestigio nos recuerda que la excelencia no debería medirse solo en estándares académicos, sino también en la capacidad de una institución para acompañar a sus estudiantes en sus fragilidades. Un colegio verdaderamente prestigioso no es el que expulsa a quienes no cumplen con sus programas, sino aquel que logra que todos sus estudiantes florezcan.
Por ello, invita a mis colegas educadores a:
  1. Revisar críticamente los programas de estudio y normas escolares para realizarlos más incluidos.
  1. Implementar espacios de apoyo socioemocional como parte integral del aprendizaje.
  1. Compartir experiencias y estrategias que puedan ser replicadas en distintas instituciones.
El reto está en nuestras manos: transformar el prestigio en sinónimo de inclusión y no de exclusión.
Autor:Observatorio de Innovaciòn Educativa Fuente:https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/el-abandono-escolar-en-escuelas-privadas-de-prestigio/