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Un sistema educativo funcional para la Ciudad de México

Con el objetivo de formar personas íntegras y plenas, que tengan un concepto de ciudadanía sólido y honesto, y a la vez sean competentes para enfrentar los retos productivos del mundo, la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México implementa diversos programas que impulsan un sistema educativo funcional, en el que también se disminuya la inequidad que existe entre las diversas zonas de la ciudad. De eso nos habla su titular, Luis Humberto Fernández.

Fuente:http://www.elmundodelaeducacion.mx/revista/entrevistas/item/luis-humberto-fernandez


¿Qué aspectos de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) pueden destacarse en el contexto de la Ciudad de México?
La Nueva Escuela Mexicana aborda cómo y qué se debe enseñar a las mexicanas y a los mexicanos desde nuestra realidad. Sin rechazar que hay cosas que aprender de otros países, debemos partir de lo que somos, entender nuestras carencias y nuestro potencial y, sobre todo, algo muy importante: saber cuáles son nuestros activos culturales, nuestros activos de ciudadanía y qué papel juegan las maestras y los maestros en todo el proceso, pues son ellos quienes a diario trabajan por la educación. Su papel es protagónico, porque al final del día son los que hacen la educación junto con las familias y el Estado.
En breve, la NEM trata de construir una epistemología de la educación, una didáctica y una pedagogía, a partir de nuestras necesidades, no solamente de infraestructura, sino de carencias detectadas en los diagnósticos hechos para mejorar la educación de las niñas y los niños.
Lo que funcione en la Ciudad de México está a disposición de los secretarios de Educación de los estados, pero veo difícil que podamos ofrecerles algo, pues tenemos realidades diferentes. Por ejemplo, en Yucatán 27% de la población habla maya; aquí en Ciudad de México el reto es diferente porque se hablan 55 lenguas indígenas nacionales, de acuerdo con la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes. Por eso ha sido tan importante la reforma constitucional que reconoce las diferencias de cada entidad sin perder el concepto de unidad nacional en la educación.

En esta transformación, ¿cuál es el papel de los docentes y de las familias de los alumnos?
A nivel constitucional ya está señalada la corresponsabilidad de la familia en la educación, la cual es fundamental para efectos jurídicos. La corresponsabilidad de los padres y madres tiene todo un impacto en la vida cotidiana de la escuela. Por su parte, los maestros de la escuela pública están en permanente capacitación. Antes de iniciar el ciclo escolar tuvimos un periodo de formación en la NEM, durante el cual se señalaron los contenidos y los alcances. Hay que aclarar que la NEM no es un producto terminado, sino algo en permanente construcción. Es una creación colectiva a través del diálogo con las familias y con los docentes.

¿Cómo se ha producido este diálogo con las familias y los docentes?
Si se ve en perspectiva, llevamos poco más de un año de gobierno, y desde el periodo de transición se realizaron foros en todas las entidades con la participación de más de 70,000 maestras y maestros, y miembros de la comunidad educativa. Esto nos permitió realizar el diagnóstico más profundo que se haya hecho en la educación, tanto a nivel local como con la participación de todos los sectores de la educación. Fue un ejercicio muy democrático del que surge el concepto que llamamos la Nueva Escuela Mexicana. Se promovió una reforma constitucional ampliamente debatida, luego se hicieron las leyes secundarias y ahora estamos materializándolas en programas específicos. Los cimientos están muy avanzados: ya tenemos el marco jurídico y lo estamos aplicando a las escuelas. La reforma constitucional fue muy importante, pues da unidad y a la vez permite la diversidad, con la posibilidad de adaptar los contenidos y la organización a cada una de las entidades del país.

Pensando en los docentes de la Ciudad de México, ¿cuál sería el perfil ideal del profesor?
Priorizamos a las maestras y los maestros normalistas, porque se trata de personas que decidieron dedicar su vida a la educación. Son ellos y ellas quien enseñan y organizan; son gestores e incluso psicólogos. Esta descripción, más que un perfil ideal, es una realidad expresada en la visión de integralidad que a diario nos regalan los maestros, la cual es lo más valioso. Ahora bien, ¿hacia dónde debe ir la actualización magisterial? Hay grandes retos, pues hay que reconocer nuestras fallas. Cuando en las pruebas descubrimos que un porcentaje importante de nuestros alumnos no puede resolver una división de fracciones o no tiene ciertas capacidades de comunicación, como autoridades educativas tenemos que plantear: ¿qué herramientas debemos ofrecerle a maestras y maestros para mejorar esta actividad docente?
¿Cuáles serían los principales retos educativos para la Ciudad de México?
Hay muchos. Uno de los principales consiste en entender cómo promover una fluidez en la trayectoria académica de los alumnos y las alumnas, con una visión del proceso educativo desde la educación inicial hasta la universitaria. Por ejemplo, si los que ingresan a educación media superior no tienen el conocimiento suficiente para ser exitosos, algo está fallando en el nivel anterior.
Otro reto es lograr una educación equitativa y que los resultados de aprendizaje de cada alcaldía sean comparables con el resto. Para mí, el desafío de la equidad es fundamental en todos los niveles. La Ciudad de México vive una gran paradoja, pues es el número uno a nivel nacional en lenguaje y comunicación; sin embargo, uno de cada dos alumnos no tiene los conocimientos mínimos en matemáticas.
Otro gran desafío es construir un sistema funcional donde las escuelas operen con regularidad de manera cotidiana, con todas las condiciones dignas que faciliten el aprendizaje. Alrededor de esto se encuentran los temas de seguridad escolar y de salud. Me preocupa el asunto de la obesidad, pues los niños llegan con un peso apropiado a primero de primaria, pero en algunos casos salen con sobrepeso.
Si se ha detectado el problema de la obesidad en la primaria, ¿qué soluciones se han propuesto?
Hay que abordar este problema de manera integral. Lo primero que debemos hacer es evitar el uso de hipercalóricos dentro de las escuelas; lo segundo es promover la actividad física, para lo cual desde este ciclo escolar ya estamos implementando lo que llamamos pausas activas. Además se incrementará la actividad deportiva y la formación y la educación nutricional de las familias y de los estudiantes.
Sobre ciudadanía, ¿qué se ha pensado?
Ciudadanía es un tema de fondo. Cuando se hizo el ejercicio de la reforma constitucional, el secretario Esteban Moctezuma Barragán planteó cómo debe ser el mexicano o la mexicana en los próximos años, con base en un ejercicio muy parecido al que hizo Torres Bodet que plasmó en “El ciudadano del porvenir”. Entonces, a partir de esta construcción y de lo que queremos como país se logrará el desarrollo de personas íntegras y plenas, y con un concepto de ciudadanía sólido, de honestidad, pero a la vez con grandes competencias para los retos productivos del mundo. Hay un esfuerzo muy importante del secretario de Educación Pública en el sentido de desarrollar materiales digitales que complementen y faciliten la labor de los maestros y las maestras, pues sabemos que no podemos separar nuestra vida tradicional de la realidad digital, lo cual nos lleva a abordar el concepto de ciudadanía digital.

¿Y en temas de violencia?
Hay que precisar que muchos padres y madres de familia sienten que sus hijos están más seguros en la escuela que en la calle —y en algunas ocasiones, que hasta en su propia casa—. El tema de fondo de esta problemática es que nosotros no podemos reconstruir todo el tejido social. Lo que sí podemos hacer es crear una comunidad educativa que nos permita detectar y atender particularidades que pueden afectar la armonía escolar y la seguridad de las niñas y los niños.
Para ejemplificar este punto, tenemos un programa en específico para la zona de Tepito, con base en el cual mantenemos un diálogo con el gobierno de la ciudad para que se atiendan con proyectos sociales las zonas vulnerables a la violencia; por ejemplo, becas para cuando alguno de los padres de los alumnos estén en situación de reclusión, o por orfandad. Se está implementando una serie de medidas para eliminar estas asimetrías o construir una espiral de logro educativo. Otro ejemplo es Milpa Alta, donde estamos desarrollando una escuela con estrategias de regularización para el aseguramiento de la excelencia educativa.
Otro caso interesante que puedo compartir ahora es el programa que tenemos con Facebook, en coordinación con la Secretaría de Educación Pública, para la Ciudad de México. Es un acuerdo educativo para llevar a las escuelas un programa contra el acoso y cualquier forma de violencia a través de realidad virtual. Además de pláticas y folletos, ofrecemos un visor de realidad virtual con el cual niños y niñas “experimentan” qué es el acoso y cómo combatirlo.

¿Cuál es su visión sobre las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para los niños de la Ciudad de México?
Las TIC son medios para potenciar el aprendizaje. El hecho de regalar únicamente una tableta per se es lo mismo que proporcionar un juguete sin ningún valor en términos pedagógicos. Las TIC tienen valor por el sentido que les da el ser humano, por el uso y la utilidad que tienen para estudiantes y docentes. Son herramientas para construir algo. Una iniciativa muy importante que impulsamos es la enseñanza de la programación a través del modelo Cuantrix. A la fecha han sido capacitados 10,000 maestros en pensamiento computacional, quienes a su vez darán clases de programación a más de 260,000 niños de primaria. En la implementación de este programa hemos tenido una tasa de retención de 97% de los maestros que entraron y concluyeron la capacitación. Lo anterior implica un compromiso docente muy importante en la tarea de promover habilidades de pensamiento superior en los niños de primaria.

¿Hay otras pedagogías innovadoras en las que se esté trabajando?
Desde el marco conceptual de la Nueva Escuela Mexicana para la Ciudad de México, hay muchísimos servicios que ofrecemos y que están a la disposición de la comunidad, como es el caso de la Pedagogía Hospitalaria, referida a las clases que ofrecemos en los hospitales, porque finalmente todos los niños tienen derecho a la educación. Lo hacemos con dignidad y con excelencia.
También en otros temas de inclusión, aunque con pocos recursos, están los servicios que se ofrecen a través de los Centros de Atención Múltiple. Contamos con una mesa pedagógica para reconocer carencias e instrumentar medidas para que todos los niños y las niñas aprendan mejor. También estamos revisando la guía operativa: una especie de manual para que todas las escuelas funcionen mejor. Todos estos elementos se suman a un modelo integral, que representa los medios y las condiciones para que los niños y las niñas tengan un mejor logro educativo.
¿Hay algo para el nivel de preescolar?
Todos los estudios señalan que la mayor rentabilidad educativa se halla en los primeros años del aprendizaje porque es la principal etapa del desarrollo cognoscitivo, neuronal y motriz. Además de considerar el nivel preescolar, se está trabajando en los “primeros 1,000 días” de los niños, con elementos para que madres y padres puedan potenciar el desarrollo de la infancia de sus hijos y facilitar su paso a la educación preescolar. A nivel constitucional, esta educación inicial no estaba considerada, por ser una educación no escolarizada.

¿Irán evaluando el impacto de todas estas iniciativas?
Nuestro principal objetivo es el logro educativo de las niñas y los niños. Son resultados que se evaluarán al terminar el sexenio, para valorar a una generación completa de escuela primaria. Pero, desde luego, también se evaluarán los resultados de cada ciclo escolar, como en el caso de los programas con Facebook y Cuantrix, donde ya tenemos indicadores de avances.
No queremos dar matraca y publicidad a todos los proyectos, sino sólo presentar los resultados. Éste es un año de preparación y el siguiente entraremos a PISA y a Evalúa. Se verá si lo hicimos bien, pues, como decía José Martí, “la mejor manera de decir es haciendo”.

¿Qué posicionamiento internacional se busca para la educación de la Ciudad de México?
No perdemos el radar global, pero definitivamente nuestro foco es el sistema educativo de la Ciudad de México. Lo digo con franqueza: sería un sinsentido buscar un posicionamiento internacional, cuando cuatro de cada 10 niños no tienen conocimientos mínimos en lenguaje y comunicación. Lo que debemos hacer antes es trabajar mucho, con mucha seriedad.
Me preocupan más las escuelas de Tepito, lo que sucede en Iztapalapa, en la colonia Obrera o en la alcaldía de Tláhuac que los resultados educativos de Madrid. Nuestro equipo está muy al tanto de las prácticas internacionales de las que puede aprenderse, pero nuestro foco y nuestro quehacer está en la Ciudad de México.

Finalmente, ¿cómo describiría lo que está haciendo desde esta oficina?
Trabajamos por la educación. Quizás es una frase vieja y tradicional, pero lo que hacemos es trabajo duro: trabajar y trabajar.

Cuando termine su gestión, ¿qué le gustaría haber logrado?
Un sistema educativo funcional, un mayor logro académico en niñas y niños de la ciudad y disminuir la inequidad que existe entre el logro educativo de unas zonas de la ciudad respecto de otras. Si logramos eso, mi vida tendría sentido.