¿Qué evaluación tiene sobre la situación actual de las universidades en el país?
Creo que están en franca mejoría. El esfuerzo de las propias universidades y el impulso de los órganos reguladores han hecho que progresen adecuadamente, aunque existen ámbitos susceptibles de mejora. Eso ha permitido que algunas universidades ecuatorianas hayan escalado en los escalafones que miden la calidad de las instituciones educativas superiores en América Latina.
¿Cuáles son los escenarios que se vislumbran a futuro para la educación superior?
Existen tres retos fundamentales: la digitalización de las universidades, la definición de nuevos productos educativos para las nuevas necesidades incluida la formación en competencias y la educación continua.
¿Qué retos deberán enfrentar las universidades ecuatorianas en la próxima década ?
En Ecuador se tendrá que hacer frente a la fuerte demanda no cubierta con los recursos actuales y reforzar lo que llamamos la función social de la universidad, que permita que esta se convierta en un auténtico instrumento para el desarrollo individual de los egresados y, en definitiva, en un motor de progreso económico, territorial y social para todo el país.
¿Cómo la tecnología ha cambiado los modelos de aprendizaje en las universidades?
La tecnología sin duda va a marcar la evolución futura de las instituciones educativas. Las universidades presenciales se tendrán que digitalizar, aparecerán cada vez más instituciones híbridas y crecerá la enseñanza virtual y las universidades 100% en línea.
La digitalización tiene sus propios retos como la formación adecuada del profesorado, dotación de recursos tecnológicos necesarios y evitar que existan desigualdades sociales entre los usuarios potenciales por razones económicas o de localización geográfica. Sin embargo, este es un proceso imparable y lo que tenemos que lograr es que esa enseñanza tenga la mayor calidad posible.
¿Cuáles son las tendencias que más se utilizan en las aulas universitarias después de la pandemia del covid-19?
Son muchas las instituciones que han pasado de una enseñanza 100% presencial a una mixta presencial-en línea. Eso permite que estudien más personas y abaratar los costos de la educación. También se observa la aparición de universidades nativas digitales que cumplen el papel de atender las necesidades formativas de las personas que, por razones familiares o laborales, no pueden acudir a los centros de estudios solo en modalidad presencial.
¿Cómo benefician estos nuevos modelos educativos a los estudiantes?
Hay que pensar que los jóvenes son, en su inmensa mayoría, nativos digitales. Para ellos, la enseñanza virtual no exige ningún esfuerzo especial. Están familiarizados con estos modos de trasmisión que ofrecen mayor versatilidad sin merma de la calidad.