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Antonio Pérez Moreno: “Debemos incentivar la autonomía de los estudiantes»

Antonio Pérez Moreno es especialista en poner las nuevas tecnologías al servicio de la docencia. Ejerce de profesor en el IES Sierra Luna de Cádiz desde hace más de 15 años, y también es reconocido por sus vídeos en YouTube, que cuentan con más de 100.000 suscriptores procedentes de todas las partes del mundo, en los que podemos encontrar contenido sobre materias como matemáticas o física y química.

Fuente:https://blog.vicensvives.com/antonio-perez-moreno-debemos-incentivar-autonomia-estudiantes/


La innovación es uno de tus signos distintivos como profesor ¿Cuándo decidiste ponerla al servicio del aprendizaje?
Posiblemente hace 10 años o quizás más. Me daba cuenta de que los alumnos no mostraban interés y veía clases en que la mayor parte de los estudiantes estaban perdidos y mirando hacia al infinito. Percibes que la metodología que se está utilizando no logra motivarlos. Entonces hay que cambiar y aplicar otros métodos de enseñanza.

¿Cuál es el secreto para generar interés en asignaturas como matemáticas o física y química, que no acostumbran a ser las más “populares”?
. De entrada, creo que la física, la química y las matemáticas son las asignaturas más interesantes para estudiar, ya que tienen una gran variedad de herramientas para enganchar al alumnado. El secreto para motivarlos es poner ejemplos del día a día. Recientemente en clase, hemos hablado del lanzamiento del Starship, un acontecimiento que hemos abordado durante una semana para explicar un concepto de física que es un momento lineal. Cuando los estudiantes comprueban que lo que se enseña se utiliza para algo tan increíble para ellos, como puede ser lanzar una nave espacial, se dan cuenta de que la asignatura es muy interesante, justo todo lo contrario que aburrida.
Siguiendo esta línea, ¿cómo es el día a día de tus clases de matemáticas o física y química?
Suelo mandar una única tarea para casa: deben ver un video de entre 5 y 15 minutos. En clase nos dedicamos a resolver dudas, a hacer ejercicios o a charlar sobre temas de actualidad, normalmente relacionados con la física o las matemáticas. De esta manera y con estos procesos de trabajo, le damos la vuelta a las metodologías tradicionales.
Según tenemos entendido, tus estudiantes acostumbran a estar por encima de la media de Andalucía en las notas de matemáticas, física y química de selectividad ¿Lo atribuyes precisamente a la utilización de herramientas innovadoras?
Recuerdo que cuando empecé con estas metodologías, sobre todo con los alumnos de segundo de bachillerato, tenía dudas sobre si esta manera de aprender les podría llegar a perjudicar en la selectividad. Entonces, durante los dos primeros años comparé las notas que sacaban mis alumnos con la media y, la verdad, es que estaban por encima. Esta realidad me sirvió para constatar que el cambio de metodología realmente funcionaba. También observé el grado de motivación, y el día a día en el aula, y me di cuenta de que eran aspectos que también crecían. Puede ser que estas buenas notas en algún grupo no se cumplan, pero en conjunto, la experiencia me ha demostrado que con la metodología que aplico los resultados son mejores.

¿La innovación la pones también en práctica a la hora de evaluar?
Normalmente lo que hago es dividir la evaluación en tres notas. La primera sale de hacer pequeños exámenes a lo largo del curso, y puede suponer un porcentaje que, dependiendo del nivel del grupo, puede estar entre el 60%, 70% de la nota. Luego hacemos un proyecto de ciencias con experimentos, en el que aplicamos un método de aprendizaje en que los estudiantes tienen que realizar todo el proceso, desde informarse hasta buscar los materiales, que intentamos que sean reutilizados. También deben llevar a cabo el experimento, grabarlo y explicarlo en un vídeo editado, que suben al canal de YouTube Ciencia Solidaria. Este proyecto suele suponer en torno al 20 o 25% de la calificación. Por último, otorgo un 10% al trabajo diario en clase, en el que valoro aspectos como que participen o que sean capaces de resolver ellos mismos sus dudas. En definitiva, aplico una parte de evaluación más tradicional, como serían los exámenes, combinada con otra más innovadora, como los proyectos de ciencia y las actividades que hacemos en el aula.
Estas metodologías, que son muy bien recibidas por los estudiantes, sabemos que a veces son criticadas por algunos padres y madres. ¿Cómo les explicas que tus clases son adecuadas?
Los padres y madres de mis alumnos estudiaron con clases magistrales y metodologías tradicionales. Cuando en los primeros días del curso sus hijos llegan a casa y les comentan, ‘’mi maestro de física no explica nada’’, es verdad que algunas familias sienten cierta inquietud, porque un profesor que no explica es algo muy raro. Incluso han venido a verme y me han llegado a decir, ‘’haga usted el favor de explicar como Dios manda’’ o si no el niño no va a aprender nada. Pero cuando hacen los primeros exámenes y tienen las primeras notas y ven que los alumnos dedican muchas horas a mi materia y que están motivados, las críticas desaparecen.
¿Qué son para ti las metodologías inclusivas y cómo las defines?
Las metodologías inclusivas se entienden mejor si me refiero a las que no son inclusivas. Por ejemplo, cuando en un curso de 3º de la ESO tienes una niña o un niño con dislexia o algún problema de aprendizaje y aplicas metodologías no inclusivas, le tienes que elaborar un material específico. Sin embargo, cuando aplicamos metodologías inclusivas, que son precisamente las que yo utilizo, un mismo material sirve tanto para un alumno superdotado, para uno con nivel medio, como para el que puede tener problemas de aprendizaje. Te das cuenta de que al final, todos alcanzan el mismo nivel y se equipara lo que tienen que entender sobre la materia y esto es, precisamente, lo que debemos perseguir con las metodologías inclusivas.
¿Cómo las aplicas?
Para la teoría aplico el aula invertida, el «Flipped Classroom» y les digo, mañana tenéis que haber visto este video. Este año, tengo a un alumno que tiene altas capacidades y creo que ni ve el video, solo con la introducción ya lo sabe todo. Pero en esta misma clase hay un estudiante que es disléxico y, este niño, probablemente tenga que ver el video más de cinco veces, porque con una sola vez no podrá entenderlo. A través de las redes sociales me pregunta dudas y si estoy delante del ordenador le respondo. Al día siguiente, en clase, conseguimos que tanto el alumno que destaca por sus altas capacidades como el que tiene algún problema de aprendizaje hayan nivelado sus conocimientos. Además, ambos aprueban, obviamente no van a sacar una matrícula de honor los dos, pero las diferencias menguan y todos se sienten parte del aula, porque no has dado un material específico para esta persona con problemas. Cada uno aprende a su ritmo, y ahí está la clave.
Apuestas por la autonomía y la libertad en el estudio, ¿es otra de las claves de todo este buen rendimiento del hablamos?
Sí, es fundamental. En el momento en que una persona entra en el mercado laboral puede pensar que ya ha terminado ‘’su etapa formativa’’, pero esto no es cierto. Hoy en día tienes que reciclarte continuamente, porque existe mucha movilidad laboral y los trabajos cambian de un día para otro, debido a las nuevas tecnologías. Entonces, tenemos que preparar a los estudiantes y aportarles herramientas para enfrentarse a esta situación tan cambiante. Por ello, debemos incentivar su autonomía, y que sean capaces de aprender por sí mismos. Es decir, aprender a aprender.
¿Las clases de toda la vida no cumplen con este objetivo?
Cuando das una clase magistral, puedes llegar a ser un gran comunicador e incluso podrías tener un programa de televisión siendo un buen profesor. Pero solo con esto no basta, necesitas adaptarte a los tiempos de cada alumno con métodos como el Aula Invertida o el aprendizaje cooperativo. Con la formación tradicional el profesor es el centro del aprendizaje y el alumno es solo el receptor de estos contenidos. Bajo esta fórmula puedes estar cortando la posibilidad de que el alumno aprenda de forma autónoma. En el proyecto de ciencias que he mencionado anteriormente, mis alumnos tienen total libertad para elegir lo que quieren hacer, incluso aunque sea de otra materia como biología, robótica o genética, lo que ellos escojan me parece perfecto. De esta manera, trabajan con un tema que les gusta, lo que incrementa exponencialmente las posibilidades de hacerlo bien, porque ya están enganchados.
Cambiando de tema ¿Cómo ves el contenido de los Youtubers que están hechos por personas que no son propiamente docentes?
Si el contenido está bien hecho y se es un buen comunicador, me parece genial. Hay muchas personas que no son docentes y tienen un canal de YouTube con videos increíbles, de hecho, yo utilizo muchos en mis clases. Es una herramienta más que tenemos a nuestro alcance que, además, debemos utilizar. También imparto formación para profesores y le explico que elaboro mi propio material en el canal ‘’Antonio Profe’’ y que tengo 700 videos. Es un trabajo brutal, no sé si me hubiera metido en esto si hubiera sabido lo que significaba, pero hay que tener en cuenta que no te hace falta preparar todo el material, simplemente lo puedes buscar en Internet y recogerlo en el aula.
Para acabar ¿nos podrías dar un consejo para que los docentes puedan conectar con sus alumnos?
Lo tengo muy claro, que abandonen la clase magistral, si bien no del todo, pero que no sea la metodología principal. Si eres un gran comunicador no vas a tener problemas, pero no hay tantos buenos comunicadores y no es sencillo conectar y motivar a los estudiantes. Hay que probar otras metodologías. Es verdad que al principio esto puede resultar un poco tedioso, porque implica mucho más trabajo por parte del docente, pero que prueben y no tengan miedo. Cuando se hace con ganas e ilusión, los niños aprenderán más y, una vez hecho este primer esfuerzo, todo va a ser más cómodo.