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: “La escritura manuscrita se debe reincorporar de forma urgente al sistema educativo”

Existen numerosos estudios que respaldan los beneficios de la escritura a mano en la educación, destacando su papel en el desarrollo cognitivo, motor y emocional. Investigaciones como las de Pam A. Mueller y Daniel M. Oppenheimer (2014) en Psychological Science concluyen que los estudiantes que toman apuntes a mano recuerdan mejor los conceptos que aquellos que lo hacen en dispositivos electrónicos.

Fuente:https://exitoeducativo.net/sandra-cerro-grafologa-la-escritura-manuscrita-se-debe-reincorporar-de-forma-urgente-al-sistema-educativo/


Existen numerosos estudios que respaldan los beneficios de la escritura a mano en la educación, destacando su papel en el desarrollo cognitivo, motor y emocional. Investigaciones como las de Pam A. Mueller y Daniel M. Oppenheimer (2014) en Psychological Science concluyen que los estudiantes que toman apuntes a mano recuerdan mejor los conceptos que aquellos que lo hacen en dispositivos electrónicos. Escribir a mano fomenta el procesamiento activo de la información. Así mismo, según un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2017), la escritura manual activa áreas del cerebro relacionadas con el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad.
Estudios como el de Virginia Berninger publicado en 2010 en el Journal of Educational Psychology muestran que los niños que practican la escritura manual desarrollan mejores habilidades de lectura y ortografía. Así, la escritura manual ayuda a los estudiantes a estructurar mejor sus ideas y a organizarlas de manera coherente. Por lo demás, escribir a mano tiene un efecto terapéutico que puede reducir el estrés y la ansiedad, similar a los beneficios observados en el journaling o escritura reflexiva. Según estudios publicados en 2019 en el British Journal of Educational Psychology, la escritura manual fomenta una mayor fluidez creativa en comparación con el uso de teclados.
Y, aunque la tecnología ha desplazado en gran medida la escritura manual en entornos educativos, expertos como Anne Mangen argumentan que los dispositivos electrónicos no replican la conexión sensorial y cognitiva que se logra al escribir manualmente. Uno de los últimos estudios que corroboran todo esto se titula ‘El papel de la escritura a mano en la adquisición de palabras en inglés entre estudiantes de primaria’, que firman Ying Yang, Zhang Huixin, Wu Yunxia y Li Wenhui, de la Facultad de Educación Preescolar y Primaria, Universidad Normal de Shenyang, Shenyang, China y que fue publicado antes del verano del año pasado en la revista Acta Psicológica.
En España, una de las expertas en este ámbito más destacadas es Sandra Cerro, licenciada en Derecho y Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, cuya especialidad es la grafología. No en vano, cuenta con un postgrado en Pericia Caligráfica Judicial por la Universidad Autónoma de Barcelona, es diplomada en Grafopsicología por la Sociedad Española de Grafología y por el Gabinete Grafoestima; diplomada también en Grafoselección y Peritaje caligráfico por el Gabinete Grafoestima, y formada en el Curso Introducción a la Paleografía y Caligrafía en archivos hispanos medievales y modernos de Universidad Carlos III y en el Curso de Paleografía para investigadores de la Revista Códice – Archivo Diocesano de Jaén. En la UDIMA dirige la titulación de Experto Universitario en Grafología Empresarial: Selección y Gestión de RR.HH. En esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO profundiza analiza cómo la escritura a mano por parte de los escolares puede resultar beneficioso para su formación.
¿Qué papel desempeña la escritura a mano en el desarrollo cognitivo de los niños?
La escritura a mano es una de las prácticas que, de forma sobradamente demostrada mediante evidencia científica, más favorece el desarrollo de la motricidad fina y de todos los procesos superiores de aprendizaje y memoria, desde la infancia. Desde que el niño adquiere la pinza, esa capacidad para sujetar con sus deditos el útil escritor, tiene en su poder una insustituible varita mágica para su desarrollo psicológico y emocional.
Los primeros garabatos no son sino la expresión de la fuerza y la energía de los pequeños. Son sus primeras muestras de temperamento, el primer retrato en color de su vitalidad. A los pocos años, ese garabato abstracto va tomando la forma de una cara, con círculos que quieren ser ojos y líneas con vocación de labios. Esas primeras “células” amorfas nos hablan de las primeras percepciones, las primeras impresiones que el niño recibe de las personas de su entorno. Entra en juego la atención, la percepción visual y espacial. El niño dibuja lo que ve, a su manera. Y así hasta los primeros dibujos de paisajes, de personas que van adoptando formas y colores reales.
Todo ese primer aprendizaje del dibujo, hacia los 4 o 5 años, se traslada a la escritura. ¡La escritura! Ese complejo ejercicio de aprender formas, juntar letras y tratar de mantener el renglón recto, es un hito fundamental en el desarrollo infantil. Ese primer esfuerzo gráfico y sus resultados son ya las primeras pistas del cociente intelectual y del desarrollo emocional de los pequeños, y es fundamental tenerlo en cuenta y medirlo, tomando como referencia la media de otros niños de su misma edad y sexo.
El siguiente gran hito es la automatización de la escritura alrededor de los 7-8 años. Es ese momento en el que la escritura deja de ser un ejercicio consciente para convertirse en una expresión inconsciente, que ya empieza a reflejar el nivel de inteligencia, de creatividad, de agilidad mental, de razonamiento lógico y de todo un despliegue de habilidades mentales y psicológicas, que son la precuela del adulto en el que se convertirá. La escritura a mano, por lo tanto, no es sólo una medida del adecuado desarrollo, en cada etapa de crecimiento, del niño, sino también un entrenamiento progresivo, gradual, de un pequeño cerebro que inicia su expansión y que aspira a convertirse en un cerebro adulto, maduro, inteligente y con capacidad para exprimir y explorar todas sus capacidades.
Desde su perspectiva, ¿cómo se relaciona la escritura a mano con el desarrollo de la personalidad de un niño?
Como grafóloga y exploradora de la personalidad humana a través de la escritura, considero que la escritura manuscrita, desde esos primeros garabatos antes mencionados, es un reflejo extraordinario de la personalidad del niño. Cuando la escritura aún no se ha automatizado y predominan los signos de esfuerzo y de intención consciente en el grafismo, aún se atisban pocos indicios de la personalidad de los pequeños. Es por eso que, para explorar mejor su psique, se utilizan los dibujos como técnica proyectiva.
Sólo se puede aplicar el análisis grafológico, y con muchos condicionantes, a partir de los 14 años, cuando se entiende que la escritura está automatizada y va camino de una personalización hacia un modelo adulto. Sí que considero importante, de cara al desarrollo de la personalidad, enseñar a los niños, como punto de partida, un modelo caligráfico que favorezca la ligera inclinación de las letras hacia la derecha y las ligaduras entre grafemas. ¿Por qué? Pues, desde el punto de vista grafológico, la inclinación a la derecha implica empuje hacia el futuro y también hacia los demás. Beneficia al desarrollo de la iniciativa, la agilidad mental y también la socialización. Esto debe complementarse con las uniones interletras, que favorecen ese razonamiento lógico que invita a anticipar una idea mientras se está elaborando otra. El gesto de llevar el final de una letra a enlazar la siguiente, también nos habla de sociabilidad y afectividad, en un mundo en el que necesitamos de los demás para nuestro propio desarrollo vital.
Es compleja esta técnica de la grafología. Tiene mucha enjundia que no se puede explicar en unas pocas líneas de entrevista, pero, para obtener un primer flash de lo que implica, quedémonos con que nuestra escritura es la expresión proyectada de nuestro temperamento sobre el papel. Que se interpreta como microgestos, al igual que el lenguaje no verbal. Así, quizás sea más fácil entender lo que trato de expresar aquí sobre el modelo caligráfico que se debería enseñar a los más pequeños.
¿Qué diferencias observa entre escribir a mano y utilizar dispositivos electrónicos en términos de aprendizaje?
En escribir a mano, definitivamente, se invierten muchísimos más recursos cognitivos y psicomotores que en la escritura digital. Por eso, siempre digo que escribir a mano es gimnasia para el cerebro. Existen numerosos estudios científicos que han comprobado esto. El más reciente, llevado a cabo por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, demostró que la escritura manuscrita, frente a la digital, despliega un mayor número de conexiones neuronales e implica el funcionamiento de muchas más áreas cerebrales, especialmente de las implicadas en los procesos cognitivos superiores.
Es tan simple como visualizarlo así: en la escritura digital, si, con suerte, sabes escribir de forma automática con las dos manos y utilizando cada uno de los dedos en su tecla correspondiente, nuestro cerebro visomotor identifica el mismo gesto para cada tecla. Todas ellas son un clic. Situado más allá o más acá en el teclado, pero son siempre un clic.
En cambio, en la escritura manuscrita suceden más cosas: primero, ya no hay un solo gesto para cada letra, sino que cada letra tiene una representación diferente que hay que reconocer (visual), comprender (cognitiva) y ejecutar de forma adecuada y diferente a las demás letras (motora). Segundo: el gesto gráfico conlleva un movimiento de asociación entre unas letras y otras (ligaduras entre letras). Esto no sólo incrementa la velocidad de la escritura y, con ella, la agilidad mental, sino que potencia la inteligencia lógica y estratégica. Hecho que no sucede con ese clic monótono e independiente asociado a la escritura mecánica. La agilidad mental, la inteligencia lógica y estratégica, la memoria de asociación y retención a largo plazo son aspectos esenciales en el aprendizaje.
¿Cómo influye la escritura a mano en el desarrollo de habilidades como la memoria, la atención y la concentración?
Como comentaba antes, el ejercicio de escribir, dotando de una forma y ritmo diferente a cada letra, y además ligando unas letras con otras, conlleva asociación. Con este simple gesto estamos hilvanando ideas, pensamientos. Estamos pensando una cosa y, al hacer el gesto de ligazón, anticipando la siguiente, es decir, vamos avanzando el pensamiento. Esto nos ayuda a aprender del camino y a ir fijando ideas con más seguridad en el almacén de memoria a largo plazo.
En lo relativo a la atención, la escritura a mano nos obliga a fijarnos en cada letra porque cada letra tiene una representación en forma y ritmo diferente a las demás. Fundamentales son también para la atención los signos que se dibujan aisladamente, que nos obligan a levantar el útil del papel para realizarlos. Son los puntos de las íes, las barras de las tes, las tildes y las virgulillas de las eñes. Estos gestos aislados nos obligan a prestar atención porque nos dicen “¡oye, párate aquí, que falto yo”. Y te paras. Y los pones, haciendo un extraordinario ejercicio de atención y precisión que, por cierto, no se tiene en cuenta cuando escribimos la “t”, la “ñ” o la “i” en el ordenador o el móvil.
Y no sólo lo dicho anteriormente favorece también la capacidad de concentración en las tareas. Al escribir a mano, mantenemos una constancia mental extraordinaria si conseguimos un discurso fluido y nos sentimos inspirados con lo que estamos escribiendo. Esta constancia infinita en el ritmo y ejecución de la escritura manual nos ayuda a entrar, con mayor facilidad, en estado de flujo y a olvidarnos de las interferencias que pueden llegar desde el exterior. Por eso, es una terapia estupenda escribir un diario, dejar discurrir los pensamientos sobre el papel, fluir mientras los estamos escribiendo, lo que sería semejante a dejarlos volar, soltarlos, desprenderlos de nuestra mochila emocional.
¿Escribir a mano puede tener un impacto terapéutico en niños con dificultades emocionales o de aprendizaje?
Por supuesto, la escritura a mano es una excelente terapia, tanto en niños como en adultos. De hecho, existe la grafoterapia o terapia gráfica aplicada a niños con trastornos de tipo autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad o trastornos del estado de ánimo. Conviene aclarar que la terapia gráfica siempre debe acompañar a otras técnicas de intervención y nunca se aplica de forma aislada, pero ofrece muy buenos resultados.
También se aplica en el sentido de reeducar la escritura, en casos de disgrafías o incluso para mejorar la escritura en niños con dislexia, u otros trastornos de la infancia relacionados con la motricidad fina.
¿Qué ventajas o desventajas percibe en la transición hacia herramientas digitales en las escuelas?
Como en todo, existen pros y contras. Las herramientas digitales dan un acceso global y super rápido a todo el universo de la información, que nos ayuda a hacer más en menos tiempo. Pero (y ahora viene el “contra”), estamos dejando de discernir si esa información global es realmente de calidad y si ese acceso super rápido, en lugar de liberar recursos cognitivos, está reduciendo las capacidades de nuestro cerebro.
Se me vienen a la cabeza ahora los trabajos escolares que hacíamos en la época de la EGB, en los que íbamos con una extraordinaria misión a la biblioteca. Allí, rescatábamos un montón de libros y empezaba la gran aventura de ir buscando información en unos y en otros, recortando fotografías de revistas o haciéndolas tú mismo para ilustrar los trabajos. Y todo se hacía a mano. Ese viaje mismo, esa aventura, ya era un aprendizaje. Y fue un aprendizaje que se nos quedó grabado en la memoria hasta hoy, dotándonos de habilidades investigadoras que, con las herramientas digitales del “todo ya”, se están perdiendo en los niños de hoy.
La aventura ahora es: “Entro en la “Wikipedia” y en dos páginas más o abro directamente Chat GPT, hago copia-pega y chimpún. Tengo un montón de información a la que no he prestado atención y no voy a recordar nada de esto en un par de días, pero no importa.”
Tal vez las nuevas generaciones lean esto y les parezca que les hablamos de la Edad de Piedra, pero se que, los de mi época, pensarán, como yo, en lo afortunados que somos por haber vivido aquello, y porque aquella forma de aprender nos ha legado lo que somos hoy. Creo que toda herramienta es útil para el aprendizaje en las escuelas, pero usada con cabeza y siempre pensando no en un mayor rendimiento, sino en un rendimiento más eficiente. Creo que el “todo ya”, esta costumbre de la inmediatez, del mundo a golpe de clic, está perjudicando mucho al cerebro de los niños.
Afortunadamente, ya son muchos los psicólogos y pedagogos que están dando la voz de alerta sobre esto, y se están volviendo a implantar actividades y herramientas que fomentan el aprendizaje procedimental, incluyendo en él la escritura manuscrita, de la que estamos hablando.
¿Cree que la escritura digital puede reemplazar completamente la escritura a mano sin afectar el aprendizaje?
Rotundamente no. Creo que mi respuesta se puede deducir fácilmente de las anteriores. ¡Y ojalá que esto no suceda! Porque entonces querrá decir que nuestro cerebro se ha quedado del tamaño de una nuez o que va camino de ello. Dejar de escribir a mano sería como amputar áreas cerebrales y liquidar de un plumazo a millones de neuronas. Por no hablar de los ojos como pipas que se nos pueden quedar por tenerlos constantemente pegados a las pantallas.
Esto puede parecer catastrofista, pero no hay más que echar un ojo a los experimentos realizados con electroencefalografías de alta densidad y las resonancias magnéticas funcionales, en las que se evidencian las áreas coloreadas del cerebro, en el momento en que una persona escribe a mano. Y nos puede sorprender aún más si estos resultados se comparan con los de la misma persona escribiendo a ordenador. Es indudable la evidencia científica. Dejar de escribir a mano implicaría fundir el cerebro.
Así lo afirma también Audrey Van der Meer, directora de la investigación antes mencionada de la universidad noruega. En sus propias palabras, “la actual sustitución de la escritura a mano por la mecanografiada en casi todos los entornos educativos puede parecer un tanto desacertada, ya que podría afectar negativamente al proceso de aprendizaje.”
¿Cree que las escuelas deberían mantener la enseñanza de la escritura a mano como parte fundamental del currículo?
Rotundamente sí. Y no sólo mantenerla, sino fomentarla aún más. Combinar las bondades de la escritura manuscrita, el dibujo y los trabajos manuales con el gran acceso a la información que proporcionan los medios digitales. Lo ideal sería consultar en digital, pero elaborar la información en manuscrito. Lo del cuaderno y boli para hacer esquemas, mapas mentales y, en definitiva, esos apuntes de toda la vida, que nos ayudan a atender al detalle, a analizar y sintetizar, a fijar el dato, a enriquecer la inteligencia lingüística, la lógica y la memoria. A iluminar el cerebro y que sienta que lo estamos cuidando y, es más, que lo seguiremos haciendo.
¿Qué métodos recomendaría para fomentar la escritura a mano en un entorno donde prevalece la tecnología?
Hay que volver al dictado. Hay que volver a esa redacción, por lo menos, semanal, en la que el niño invente una historia o simplemente relate lo que ha hecho en sus vacaciones o en el último fin de semana. Algunos colegios, de hecho, están implantando una actividad fabulosa: que los niños se hagan sus propios materiales de estudio, escritos y encuadernados a mano por ellos mismos. También recomendaría utilizar la escritura terapéutica o cualquier otra herramienta que invite a parar un poco, a recuperar el sosiego ante la necesidad imperiosa de la información inmediata y superficial.
No todo está en internet. Los niños han de saber parar y explorar su esa ventana maravillosa de su mente que se llama imaginación, que es otra fuente de información extraordinaria y a la que chat gpt no puede acceder (por lo menos de momento). Solo hay que poner al niño una hoja en blanco delante y un bolígrafo y dejar que se haga la magia.
¿Qué mensaje le daría a los educadores y padres sobre la importancia de escribir a mano en la formación integral de los niños?
Que no se olviden de ella. Que la integren con lo digital porque una combinación adecuada de las dos herramientas puede ser muy enriquecedora para el aprendizaje de los pequeños. Pero que no se les ocurra dejar de lado la escritura manuscrita a favor de la digital, como si fueran opciones intercambiables, ya que no tienen nada que ver una con la otra, sobre todo en lo que respecta a las necesidades madurativas del cerebro infantil.
Considero que la escritura manuscrita se debe reincorporar de forma urgente al sistema educativo. Y no sólo el ejercicio de la escritura manual en sí, sino también a través de un modelo caligráfico adecuado, que cubra todas las competencias cognitivas y emocionales de los niños. Me refiero al modelo caligráfico de letras ligadas y expresión continua del gesto gráfico, en el que. además, se trabajen las proporciones de las letras y la organización de la página. Y todo ello, claro está, dejando libre la imaginación y la fluidez expresiva de los niños sobre el papel.
Toda esta combinación de elementos no sólo favorece el ejercicio de la motricidad fina, como actividad motora imprescindible en el desarrollo infantil, sino también todo ese elenco de ingredientes ya comentados: la inteligencia lógica y estratégica, la memoria, el aprendizaje de cosas nuevas, la atención, la concentración, la anticipación de ideas, la agilidad mental, la coordinación visomotora y demás procesos complejísimos, en los que a nuestro cerebro le encanta trabajar. ¿por qué disfruta tanto nuestro cerebro machacándose en este gimnasio? Pues porque, con cada uno de estos procesos, el cerebro se desarrolla más y más, madura, se expande, se diversifica, rinde más y más eficientemente y, lo más importante, previene enfermedades y alarga la vida.