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Claudia López (filósofa, docente y emprendedora): «Los niños y jóvenes disfrutan de la Filosofía cuando se presenta de manera dinámica»

Tras su formación en Filosofía, Claudia López Pérez ha combinado su vocación por la educación con el deseo de emprender, buscando generar una transformación en la sociedad. De esta manera, nació el proyecto educativo de Filosofía lúdica, Sapere Aude. Siendo docente de Educación Secundaría en la especialidad de Filosofía pudo identificar una carencia fundamental en el sistema educativo, que se refiere a que los estudiantes finalizan sus estudios sin haber desarrollado habilidades esenciales para su vida personal, social y académica o profesional. A través de una metodología innovadora y progresiva, su proyecto ofrece un enfoque educativo integral para niños y jóvenes de 3 a 18 años, basado en el lema ilustrado “atrévete a saber por ti mismo/a”.

Fuente:https://exitoeducativo.net/claudia-lopez-ninos-jovenes-filosofia-dinamica/


Tras su formación en Filosofía, Claudia López Pérez ha combinado su vocación por la educación con el deseo de emprender, buscando generar una transformación en la sociedad. De esta manera, nació el proyecto educativo de Filosofía lúdica, Sapere Aude. Siendo docente de Educación Secundaría en la especialidad de Filosofía pudo identificar una carencia fundamental en el sistema educativo, que se refiere a que los estudiantes finalizan sus estudios sin haber desarrollado habilidades esenciales para su vida personal, social y académica o profesional. A través de una metodología innovadora y progresiva, su proyecto ofrece un enfoque educativo integral para niños y jóvenes de 3 a 18 años, basado en el lema ilustrado “atrévete a saber por ti mismo/a”.
¿En qué consiste el proyecto Sapere Aude? ¿Qué le inspiró a crearlo?
El proyecto Sapere Aude es más que un proyecto educativo innovador, es un compromiso social para con la educación actual. Sapere Aude nace de la necesidad de ofrecer una educación emancipadora que sea complementaria con el ámbito académico, haciendo de la Filosofía una disciplina no útil, si no necesaria para la sociedad.
Sapere Aude ofrece un innovador programa educativo que combina formación online y presencial a través de talleres y consultorías filosóficas. Su enfoque fomenta el desarrollo integral en tres niveles: personal, social y académico-profesional, adaptándose a las distintas edades, desde los 3 hasta los 18 años. La Filosofía se convierte en el eje central del aprendizaje, presentándola de manera lúdica, creativa y gamificada para hacerla accesible y atractiva para niños y jóvenes.
¿Cuáles diría que son las principales carencias del sistema educativo actual y cómo las aborda Sapere Aude?
Como docente en IES y con años de experiencia, sigo identificando importantes carencias en el sistema educativo que aún no se abordan de manera efectiva. Aspectos fundamentales como el autoconocimiento, la gestión emocional, los valores éticos, la oratoria, la educación digital y, sobre todo, el desarrollo del pensamiento crítico, la toma de decisiones y la autonomía personal, siguen quedando en un segundo plano.
Actualmente, la educación se centra principalmente en el enfoque STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), priorizando la ciencia y la tecnología, mientras que la Filosofía y los valores, esenciales para una formación integral, no reciben la misma atención ni reconocimiento dentro del currículo educativo. Sin embargo, su importancia a nivel social es indiscutible, ya que fomentan ciudadanos reflexivos, éticos y con criterio propio, capaces de analizar el mundo con una mirada crítica, resolver conflictos de manera pacífica y contribuir activamente a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Sapere Aude aborda estas carencias porque sitúa a la Filosofía en el centro del aprendizaje, permitiendo a los estudiantes desarrollar su capacidad de análisis, argumentación y pensamiento autónomo. A través de una metodología innovadora que combina teoría y aprendizaje experiencial, el programa fomenta el desarrollo de competencias clave como la reflexión, la creatividad, la capacidad de debate y la toma de decisiones fundamentadas.
Gracias a este enfoque filosófico, los estudiantes no solo adquieren conocimientos, sino que aprenden a pensar por sí mismos, a cuestionar la realidad de manera crítica y a actuar con responsabilidad en su entorno. En un mundo cada vez más complejo y digitalizado, la Filosofía no solo complementa la formación académica, sino que se convierte en una herramienta imprescindible para la vida.
¿Qué habilidades y competencias cree que son las más urgentes de desarrollar en la educación actual?
En la sociedad actual, marcada por la sobreinformación, la digitalización y la inmediatez, es urgente desarrollar competencias que permitan a los estudiantes enfrentar estos desafíos con pensamiento crítico, ética y autonomía.
Una de las principales carencias que están presentes es la falta de pensamiento crítico, lo que los hace vulnerables a la desinformación y la manipulación en redes sociales. También es esencial fortalecer la gestión emocional y el autoconocimiento, ya que el estrés y la ansiedad afectan cada vez más a los jóvenes.
Además, es imprescindible reforzar la educación en valores éticos y sociales, promoviendo el respeto, el diálogo y la resolución pacífica de conflictos. La oratoria y la argumentación siguen siendo habilidades poco trabajadas, a pesar de su importancia en la vida profesional y personal.
Por último, la educación digital debe ir más allá del uso de herramientas tecnológicas, enseñando a los estudiantes a comprender su impacto y utilizarlas de manera ética y responsable.
Sin estas competencias, los jóvenes carecen de las herramientas necesarias para pensar, decidir y actuar con autonomía en un mundo cada vez más complejo e incierto.
¿En qué aspectos se diferencia la metodología de Sapere Aude de otros programas educativos?
Sapere Aude se diferencia de otros programas educativos y actividades extraescolares porque no es solo un complemento académico, sino un aprendizaje para toda la vida. No se trata de una formación puntual, sino de un proceso progresivo, integral y transversal, que evoluciona junto al estudiante desde los 3 hasta los 18 años, dotándolo de herramientas fundamentales para su desarrollo personal, social y académico.
A diferencia de otras actividades que suelen enfocarse en aspectos técnicos o recreativos, Sapere Aude integra la Filosofía aplicada como eje del aprendizaje, permitiendo a los estudiantes desarrollar pensamiento crítico, creatividad, autonomía y valores éticos. Su metodología única está estructurada en tres niveles progresivos que trabajan habilidades esenciales en distintos ámbitos de la vida:
A nivel personal, fomenta el autoconocimiento y la gestión emocional, ayudando a los estudiantes a entenderse mejor, fortalecer su autoestima y tomar decisiones conscientes, lo que influye positivamente en su bienestar y rendimiento en cualquier materia escolar.
A nivel social, desarrolla la oratoria, la ética y la gestión de conflictos, competencias clave para el trabajo en equipo, el liderazgo y la comunicación, fundamentales para asignaturas como Lengua, Historia y Educación en Valores.
A nivel académico y profesional, potencia la educación digital y la Filosofía como herramienta de aprendizaje, enseñando a los alumnos a analizar información, razonar con lógica y cuestionar su entorno, habilidades esenciales para cualquier materia, desde Ciencias hasta Matemáticas, facilitando la comprensión y la resolución de problemas.
A diferencia de otros programas, Sapere Aude no compite con el currículo escolar, sino que lo complementa, proporcionando a los estudiantes herramientas transversales que potencian su capacidad de aprendizaje en cualquier asignatura. Su enfoque gamificado y dinámico convierte la Filosofía en un recurso práctico y accesible, permitiendo que los niños y jóvenes aprendan a pensar, cuestionar y actuar con criterio en todos los ámbitos de su vida.
¿Cuáles son los mayores desafíos que ha encontrado al aplicar la Filosofía en la educación de niños y jóvenes de 3 a 18 años?
Uno de los principales desafíos ha sido romper el prejuicio de que la Filosofía es abstracta y difícil para niños y jóvenes, cuando en realidad su curiosidad natural e innata la hace una herramienta ideal para desarrollar pensamiento crítico y creatividad.
Otro reto ha sido diferenciarla de otras actividades extraescolares más tradicionales, como el deporte o el refuerzo escolar, y mostrar su valor como una formación práctica y útil para la vida. Muchas familias buscan actividades complementarias que refuercen habilidades técnicas, sin darse cuenta de que la Filosofía potencia competencias transversales como la toma de decisiones, la argumentación y la gestión emocional.
Además, en un mundo dominado por la inmediatez y el exceso de información, ha sido clave desarrollar una metodología lúdica y gamificada que haga la Filosofía atractiva y aplicable a la vida diaria, alejándola de la imagen de un aprendizaje teórico o complejo.
A pesar de estos desafíos, la experiencia ha demostrado que los niños y jóvenes disfrutan de la Filosofía cuando se presenta de manera dinámica. Con el tiempo, son ellos mismos quienes buscan debatir, cuestionar y reflexionar, reconociéndose como capaces de pensar por sí mismos. Esto les aporta autoconfianza y seguridad, fortaleciendo su capacidad para expresarse, defender sus ideas y tomar decisiones con criterio.
¿Ha notado cambios concretos en los niños y jóvenes que han pasado por el programa?
Los cambios en los niños y jóvenes que han participado en el programa Sapere Aude son muy notables. Han desarrollado una mayor confianza en sí mismos, mejorando su capacidad para expresarse, argumentar y tomar decisiones con autonomía. También se observa un crecimiento en su pensamiento crítico y reflexivo, pasando de respuestas automáticas a plantearse preguntas profundas y analizar la realidad con mayor criterio.
Muchos padres y educadores destacan que los alumnos se vuelven más participativos, curiosos y capaces de defender sus ideas con fundamentos, además de mejorar su gestión emocional y su capacidad para resolver conflictos de manera más pausada y reflexiva.
Un aspecto clave en este proceso es la consultoría filosófica, que ha demostrado ser una metodología especialmente atractiva para ellos. A diferencia de la psicología u otras terapias, que pueden enfocarse más en el análisis clínico o en la corrección de problemas, la consultoría filosófica parte de sus propias inquietudes, hablándoles en su lenguaje y atendiendo a sus necesidades desde lo existencial, sin imponerles soluciones, sino guiándolos en su propio proceso de reflexión.
Esto les hace sentir que sus preguntas e ideas son valiosas, fomentando su autonomía y ayudándoles a encontrar sus propias respuestas. Gracias a este enfoque, los jóvenes se implican más en su propio aprendizaje y disfrutan del proceso de pensar, lo que marca una diferencia esencial con otros tipos de acompañamiento.
¿Cómo responden los docentes y los padres a este enfoque innovador?
Tanto los docentes como los padres responden de manera muy positiva a este enfoque innovador. Muchos padres destacan que, gracias a Sapere Aude, sus hijos han desarrollado una mayor capacidad de reflexión, argumentación y gestión emocional, lo que se traduce en una comunicación más fluida y enriquecedora en casa. Al ver cómo los niños empiezan a hacer preguntas más profundas, a expresar sus pensamientos con claridad y a gestionar mejor sus emociones, los propios padres comienzan a aprender nuevas herramientas para mejorar la relación con ellos, fomentando el diálogo y la escucha activa.
Por su parte, los docentes valoran especialmente la mejora en la autonomía del pensamiento y la participación activa del alumnado en clase. Notan que han pasado por el programa y son más críticos, expresan sus ideas con mayor seguridad y muestran una actitud más abierta hacia el aprendizaje.
Además, tanto padres como docentes aprenden a utilizar estrategias filosóficas en su día a día, lo que les permite acompañar mejor a los niños/as y jóvenes en su crecimiento y en la etapa de la adolescencia, ayudándolos a desarrollar su criterio propio y a gestionar mejor los conflictos y las emociones. Este enfoque no solo beneficia a los niños/as, sino que transforma también la manera en que los adultos se relacionan con ellos, creando entornos más enriquecedores y basados en el diálogo y la comprensión con filosofía.
¿Cómo ve el futuro de la Filosofía en la educación?
El futuro de la Filosofía en la educación dependerá de la capacidad de adaptarla a los retos del siglo XXI y de demostrar su valor como herramienta esencial para el desarrollo integral de los estudiantes. En un mundo cada vez más digitalizado, donde la desinformación, la falta de pensamiento crítico y la crisis de valores son desafíos constantes, la Filosofía debe ocupar un lugar clave en la formación de las nuevas generaciones.
En los últimos años, se ha intentado suprimir o reducir la presencia de la Filosofía en el sistema educativo, lo que representa un error garrafal para el futuro de la sociedad. Privar a los jóvenes de esta disciplina significa dejarlos sin herramientas para cuestionar, analizar y comprender el mundo de manera crítica, lo que los hace más vulnerables a la manipulación y la desinformación. Una sociedad sin Filosofía es una sociedad que no piensa, que no reflexiona y que, en consecuencia, pierde su capacidad de progreso y evolución.
Es fundamental que la Filosofía deje de percibirse como una disciplina abstracta, puramente académica o elitista y se integre desde edades tempranas como una herramienta para el autoconocimiento, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Si se plantea de manera dinámica y cercana, como en Sapere Aude, puede convertirse en un pilar de la educación del futuro, ayudando a los jóvenes a comprender mejor su realidad, comunicarse con mayor claridad y enfrentar los desafíos de la sociedad con autonomía y criterio propio.
El reto está en que la educación reconozca su valor no solo en el ámbito académico, sino en todas las áreas de la vida. Con enfoques innovadores, metodologías activas y una aplicación práctica, la Filosofía puede evolucionar y consolidarse como una materia imprescindible en la formación de ciudadanos críticos y reflexivos.
¿Qué impacto espera que tenga Sapere Aude en la sociedad a largo plazo?
Sapere Aude no solo busca transformar la manera en que se enseña Filosofía, sino también generar un cambio profundo en la sociedad, formando individuos con pensamiento crítico, creatividad y valores sólidos. A largo plazo, el impacto del programa se reflejará en jóvenes que no solo aprenden a cuestionar y razonar con autonomía, sino que también saben gestionar sus emociones, comunicarse eficazmente y resolver conflictos de manera ética y constructiva.
El objetivo es que los participantes de Sapere Aude lleven estas habilidades a todos los ámbitos de su vida, contribuyendo a una sociedad más reflexiva, dialogante y comprometida con el bien común. Además, al involucrar a padres y docentes en este proceso, el programa fomenta un cambio educativo más amplio, promoviendo un modelo de enseñanza basado en el pensamiento y la reflexión, más allá de la simple memorización de contenidos.
Si logramos que las nuevas generaciones desarrollen estas competencias desde edades tempranas, estaremos construyendo una sociedad con ciudadanos más conscientes, autónomos y capaces de tomar decisiones fundamentadas, generando un impacto positivo no solo en su propio futuro, sino en el de toda la comunidad.
¿Qué consejo les daría a otros emprendedores que buscan transformar la educación?
Emprender en educación no es un camino fácil. Existen numerosos obstáculos, desde la resistencia al cambio en el sistema educativo hasta la dificultad de introducir enfoques innovadores en un entorno tradicional. Sin embargo, si alguien tiene una idea, por pequeña que sea, para mejorar y transformar la educación, debe llevarla a cabo. La educación es la base sobre la que se construye el futuro de una sociedad, y cualquier aporte, por mínimo que parezca, puede marcar una gran diferencia en la vida de los estudiantes.
Es fundamental creer en la visión que uno tiene y ser persistente, porque innovar en educación significa desafiar lo establecido y abrir nuevas posibilidades de aprendizaje. Además, rodearse de personas con la misma pasión y compromiso puede ser clave para superar las dificultades y hacer que el proyecto crezca.
La educación es el motor del cambio social, y transformar la manera en que enseñamos y aprendemos no solo impacta a los alumnos, sino que también influye en las futuras generaciones. Por eso, cualquier iniciativa que busque mejorar la educación es una inversión en un futuro más justo, crítico y consciente.
¿Cómo valoraría su pertenencia a la asociación MLE y qué aportaciones cree que realiza a la sociedad y a su carrera profesional?
Formar parte de la asociación Mujeres Líderes en la Educación (MLE) ha sido una experiencia enriquecedora tanto a nivel personal como profesional. Esta comunidad impulsa proyectos innovadores liderados por mujeres en el ámbito educativo, algo fundamental para dar visibilidad a iniciativas transformadoras como Sapere Aude.
Para mí, pertenecer a MLE significa estar rodeada de otras profesionales comprometidas con la mejora de la educación, con quienes puedo compartir experiencias, aprender y generar sinergias. Además, la asociación promueve un cambio real en el sector, reconociendo a su vez la importancia de generar proyectos educativos que impacten en la sociedad de manera efectiva.
A través de MLE, mi proyecto ha encontrado un espacio de diálogo y de comunidad donde puede trascender, contribuyendo a su vez a una educación más reflexiva, crítica y ética. Esta red de apoyo no solo me ha permitido crecer, sino que refuerza mi convicción de que la educación es la herramienta más poderosa para transformar la sociedad.