Extendiendo el historial del CCH Oriente como semillero de atletas, las jóvenes nadadoras obtuvieron, entre ambas, 25 medallas en la justa deportiva celebrada en Zihuatanejo el pasado agosto.
Anahí, quien se hizo con 12 preseas (cuatro de oro, cuatro de plata y cuatro de bronce), expresó su agradecimiento, además del orgullo por vestir los colores azul y oro: “Es un honor representar a la que es mi segunda casa, pero sobre todo también poner en alto a la UNAM. He recibido un apoyo importante de mis maestros y de la escuela, y la mejor forma en que puedo pagar la confianza es seguir con la tradición de ser buenos atletas e inspirar a los demás compañeros a que también lo hagan. Lo educativo y lo deportivo no deben estar peleados, ya que ambas cosas se pueden realizar con voluntad y esfuerzo”.
Por su parte, Sally Aimée se colgó trece medallas. Además de agradecer a sus padres, reconoció la ayuda que le ha brindado el CCH Oriente para compaginar su vida deportiva con la académica, ya que, además de ser una buena atleta, es una destacada alumna.
“Mis papás han sido siempre un gran apoyo. Me compran mi equipo, pero también se preocupan por mí en aspectos como mi dieta, mi salud mental o si físicamente me encuentro bien. Son mis animadores y, por tanto, estas medallas también son de ellos, al igual que del CCH Oriente y la UNAM”, indicó.

Aunque coordinar la vida de atleta con la escuela no es fácil, Anahí y Sally Aimée han logrado subirse al podio sin dejar bajar sus calificaciones. Por supuesto, no sin sacrificio y un fuerte compromiso.
Por ejemplo, Sally Aimée asiste de 7 de la mañana a 1 de la tarde al CCH Oriente, realiza sus deberes escolares y entrena de 6 a 9 de la noche. A pesar de que ama el nado con aletas, se le ha inculcado en casa que también es importante tener una profesión; por tanto, da su mayor esfuerzo académico, teniendo por objetivo ser dentista sin dejar a un lado el deporte.
Anahí, por su parte, confesó que a veces decide hacer una pausa en la actividad deportiva para darle prioridad a lo educativo.
“Es pesado compaginar trabajos, exámenes, entrenamientos y competencias en algunas ocasiones, sobre todo en la parte final de los semestres. Por eso, cuando me siento estresada, trato de tomar un descanso del deporte, porque disfruto mucho realizarlo, pero sé que la prioridad es ser profesionista”, comentó la joven atleta, quien se siente atraída por la carrera de Ingeniería en Computación.

Como decíamos, el camino de estas cecehacheras no ha sido sencillo. Pero, gracias a su persistencia, Anahí y Sally Aimée se han convertido en dos atletas de alto rendimiento: deportivo y escolar.