Para llevar la innovación y la tecnología a las aulas, los educadores necesitan tanto un entorno, infraestructuras, equipos como un liderazgo adecuados. Y para que la tecnología mejore los resultados de aprendizaje y aumente la eficiencia de la enseñanza es necesario adoptar diferentes estrategias que combinen varios elementos: desde la consultoría pedagógica a la formación de sus equipos profesionales. Y no solo en materia digital, sino también en la incorporación de nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje.
Consejos a tener en cuenta en un proyecto de digitalización
Las siguientes claves resultan útiles para llevar a cabo un proyecto de digitalización (teniendo en cuenta la planificación pedagógica) contribuyendo, de este modo, a desarrollar en el alumnado las competencias necesarias para el mundo actual.

1. Implicación de los equipos directivos. Desde un liderazgo transformador y digital deben impulsar, mejorar e incorporar nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje conectando, así, su visión de los mismos con el potencial que la tecnología les ofrece.
2. Incremento de la competencia pedagógica y digital de los equipos profesionales del centro. Para ello, hay que diseñar un plan de formación a medida con el que poner la competencia pedagógica y digital al servicio de la innovación en el aprendizaje, la enseñanza y el entorno escolar.
3. Asesoramiento pedagógico para mejorar las prácticas docentes. En este apartado la tecnología también ocupa un lugar relevante en el proceso educativo. El objetivo es que ‘impacte’ en la eficiencia de la enseñanza y mejore los resultados en el aprendizaje de los estudiantes.
4. Consultoría creativa y profesional que acompañe al centro. La finalidad es crear nuevas e innovadoras experiencias de aprendizaje que permitan desarrollar en el alumnado las competencias necesarias para el mundo que les ha tocado vivir.
Asimismo, el proyecto educativo debe adaptarse a las nuevas formas de aprender, con el fin de hacer más motivadores los aprendizajes, además de incorporar las competencias en el día a día, propiciando la autonomía del alumnado en ‘aprender a aprender’, a pensar, a ser creativos, emprendedores o a fomentar el pensamiento crítico.
En todo ello, la tecnología actúa como compañera y debe ir de la mano junto a la metodología del centro, fomentando y facilitando el trabajo a través de proyectos, Flipped Classroom (aula invertida), Inteligencias Múltiples, Gamificación o rincones de enriquecimiento, entre otros. Este cambio metodológico supone adaptarnos a la realidad de un alumnado considerado como ‘nativo digital’, favoreciendo un aprendizaje más personalizado, la atención a la diversidad, el aprendizaje cooperativo o la creatividad.