Actualmente, la educación profesional requiere de grandes transformaciones, de ir a la par con las innovaciones tecnológicas, para apropiarse de éstas e innovar educativamente hablando, a manera de romper los esquemas tradicionales que conllevaban a un proceso de enseñanza y en el que el docente –en cualesquiera de los niveles de educación, sea básica, media superior, superior y de posgrado- solo era el “transmisor” del conocimiento, el único agente capaz de transferir la información y el conocimiento que él poseía para el estudiantado, el cual fungía únicamente como receptor.

La evolución experimentada en materia de la generación del conocimiento, de apostarle vía inversiones –cualesquiera de las economías, ya sea desarrolladas o en desarrollo-, a la educación para así propiciar entes creativos e innovadores que no sólo poseyeran la educación formal la cuantificable, sino que constituyera un cúmulo de acervo de capital humano para así indicar que se trataba de dar un primer paso, de entrar a la tan esperada sociedad del conocimiento, es la que marca la pauta para la transformación educativa, y que tiene que ver no sólo con erradicar la enseñanza tradicional y conllevar a un proceso de enseñanza aprendizaje, donde el aprendizaje fuese significativo, colaborativo y distribuido, sino de enmarcarnos en políticas de educación que propiciaran el crecimiento y desarrollo de un país, de pasar de una economía imitadora a una economía innovadora. Es necesario producir conocimientos. En la producción de conocimientos, las capacidades tecnológicas asociadas con el aprendizaje (como la organización, el talento, al experiencia y la creatividad) son más importantes que las capacidades productivas físicas, como las instalaciones, el equipo y el material (Corona Treviño, 2005). Por lo que las políticas educativas conllevan no sólo realizar inversiones en infraestructura, en propiciar una seguridad educativa sino también el de asumir un modelo educativo que se base en el aprendizaje, en generar con ello entes pensantes, entes creativos e innovadores. Bajo este esquema es que se evoluciona con nuevos modelos educativos basados en el aprendizaje porque existe una gran transformación económica global, como lo es la terciarización, que conlleva a que la materia prima no sean solo los recursos naturales o materiales sino que sea la materia gris, para así generar productos intangibles, impresos de creatividad e innovación, lo que trae como efecto el crecer y desarrollarnos como país. Sabemos de antemano que las tendencias educativas van orientadas a proponer modelos educativos que conlleven la educación en línea, la educación virtual; por lo que es importante tomar en consideración algo fundamental: que a la par de generar y proponer modelos educativos innovadores e incentivar a que la educación sea virtual, por las múltiples ventajas que ello conlleva, también es crucial que se de la capacitación a los docentes para que sean docentes virtuales y no se encuentren reacios al cambio, y que hagan con disgusto algo que por naturaleza conlleva un gran gusto, como lo es la docencia. Y de hacer uso inteligente de las Tecnologías de Información y Comunicación TIC. Esa es la tendencia, existen pros existen contras, pero las grandes transformaciones económicas son exigentes. Hay que asumir los compromisos, hay que enfrentar los retos. Y en materia de educación, son muchos.