La comunicación humana es una manifestación evolutiva, el lenguaje es lo que nos define como seres humanos, así como nuestra capacidad de racionalidad.
La educación a distancia ha exigido que los profesores tengan que buscar distintas soluciones para la comunicación con sus alumnos, desde el uso de plataformas, a través de mensajes en WhatsApp, correo, o llamadas, algunos utilizan la conferencia educativa o hasta por medio de la televisión.
En donde los maestros usan las mismas estrategias que en la educación presencial, como actividades de práctica, lecturas, síntesis, resúmenes, ensayos, elaboración de infografías, etcétera.
En muchos casos esta educación a distancia es como un reflejo de la educación en el aula, si no se considera el horario de estudio anterior, la forma de recibir y entregar tareas y los medios por los que se comunican.
Pero sin duda, algo que no es diferente es la cercanía y la facilidad con que se reconoce las manifestaciones no verbales del maestro.
Ante esta situación, la comunicación del maestro con el alumno cumple un papel importante en su actitud ante la estresante contingencia, las palabras del maestro tienen un valor importante por lo que expresan: apatía, indiferencia, estrés, positividad, comprensión, empatía o afecto.
Me refiero a la retroalimentación de las tareas de los alumnos, el momento perfecto para demostrarles que se aprecia sus trabajos y de animarlos, motivarles e invitarlos a hacer un esfuerzo por continuar de manera positiva, no solamente con su educación sino también ante la vida.
Pero un momento que también tiene valor positivo en el día a día de los alumnos es la oportunidad para demostrarles que tienen nuestro apoyo, que se les comprende, la oportunidad para recordarles las cosas positivas de esta forma de vida, de hacerles reflexionar ante la unión altruista y la empatía que debe definirnos, ya sea por un mensaje grupal, por una llamada o un correo, esto deja marcado la forma de ver la vida, como una alarma para despertar.
Hay alumnos que no entienden las instrucciones de las tareas, se agobian por los horarios, se desaminan a realizar las tareas con su máximo esfuerzo, se desmotivan a seguir sus estudios.
A todos nos afecta esta etapa de no salir, de escuchar noticias tristes, de no poder abrazar a nuestros amigos y seres queridos. Nos estresa, nos atrapa, nos agobia.
Tanto ha cambiado el horario de quehaceres, de estudio y de hobbies, se han modificado nuestros hábitos, y esto es lo que hace caer nuestra atención a pensamientos negativos. He aquí la importancia de la inteligencia emocional para gestionar nuestras emociones, sobretodo de las y los maestros. Porque cumplimos un papel importante en la educación emocional de los alumnos, podemos ayudarles a adoptar estrategias de gestión emocional, de mindfulness, y de gestión del tiempo.
Los mensajes que les enviemos, y la forma en que se haga influye en su estado emocional actual, podemos aportar algo o mucho en su mejora de actitud esta etapa actual.
Esto siempre ha sido así en el aula. pero ahora nuestras palabras tienen un mayor impacto, están necesitados de percibir nuestro aprecio, atención y nuestra comprensión hacia ellos. Además, esta educación a distancia nos tiene a los maestros ocupados con pendientes. Aunque casi son las mismas estrategias de enseñanza, el medio por el que se da trae mayor agotamiento, lo que hace que descuidemos nuestra atención hacia ellos. Por ello, debemos sacar un momento para dirigirles unas palabras, tomando en cuenta que cada uno vive sus dificultades, sus propias inseguridades y sus propios obstáculos.
Las palabras ejercen una influencia poderosa sobre las emociones de las personas, ya sea al escucharlas o leerlas, sea negativa o positivamente. Las palabras de los docentes generan un gran impacto en la vida de los alumnos, todos podemos recordar a nuestros maestros por su apoyo por medio de frases alentadoras.
Las palabras pueden despertarnos o entristecernos, pueden animarnos o desmotivarnos, pueden subir la autoestima o bajarla. Maestros, tómense unos segundos para escribir ese mensaje con palabras alentadoras y positivas, para hacerles saber a los alumnos que estamos pendientes de ellos, no tienen que enviarlo de manera individual, no tiene que ser de una extensión grande, las palabras por sí solas revelan que se hace con sentimientos positivos.