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¿Qué son y cómo emplear las rutinas de cierre para el aula?

El final de una clase es un momento clave que a menudo pasa desapercibido, cuando el timbre suena o el tiempo se agota, la tendencia natural es concluir de forma abrupta, pues los alumnos e incluso el docente anticipan el cierre con emoción y expectativa, sin embargo esto puede llegar a dejar el aprendizaje inconcluso o la sensación de que lo trabajado no ha tenido un cierre claro, por ello, las rutinas de cierre son esenciales para consolidar lo aprendido, dar sentido a la sesión y preparar el terreno para la siguiente clase. ¿De qué se trata esto? Un buen cierre no solo resume, también genera reflexión y motivación para continuar, puede ayudar a impulsar la memoria a largo plazo y a conectar aprendizajes.



El final de una clase es un momento clave que a menudo pasa desapercibido, cuando el timbre suena o el tiempo se agota, la tendencia natural es concluir de forma abrupta, pues los alumnos e incluso el docente anticipan el cierre con emoción y expectativa, sin embargo esto puede llegar a dejar el aprendizaje inconcluso o la sensación de que lo trabajado no ha tenido un cierre claro, por ello, las rutinas de cierre son esenciales para consolidar lo aprendido, dar sentido a la sesión y preparar el terreno para la siguiente clase. ¿De qué se trata esto? Un buen cierre no solo resume, también genera reflexión y motivación para continuar, puede ayudar a impulsar la memoria a largo plazo y conectar aprendizajes. 
¿Qué son y cómo funcionan las rutinas de cierre? 

Una rutina de cierre consiste en crear actividades específicas para el final de clase que se vuelven esperadas e importantes para los alumnos, pequeñas dinámicas en las que cada estudiante tenga la oportunidad de reflexionar sobre lo aprendido en el día y conectarlo con otros conocimientos previos. Hacerlo de manera cotidiana ayudará a lo alumnos a regularse mejor hacia el final de clase, pues sabrán cómo se cierra cada sesión, ya fijar mejor lo que vieron en el día. 
Además, las rutinas de cierre pueden cumplir varias funciones pedagógicas y convertirse en una herramienta importante en nuestro día a día. Por un lado, permiten que los estudiantes organicen la información recibida a través de un breve espacio para identificar ideas principales, hacer una síntesis colectiva o plantear preguntas ayuda a fijar los conocimientos en la memoria. Por otro lado, estos cierres ofrecen la oportunidad de vincular lo aprendido con experiencias personales o con otros saberes, lo que refuerza el carácter significativo del aprendizaje. Estos espacios también pueden convertirse en instantes que cultiven la metacognición, es decir, que los alumnos tomen conciencia de cómo han aprendido y qué estrategias les resultaron más útiles.
¿Cómo implementarlas? 

Existen múltiples maneras de realizar un cierre de clase que deja huella. Desde dinámicas muy sencillas, como pedir a los estudiantes una palabra que resuma la sesión, hasta actividades más elaboradas, como escribir una reflexión breve o compartir un reto para la próxima clase. Lo importante es que el cierre no sea un añadido improvisado, sino una parte planificada de la secuencia didáctica, de esta manera, el docente transmite la idea de que cada clase tiene un inicio, un desarrollo y un final coherentes.
La importancia de conectar

Más allá de la técnica empleada, el valor del cierre radica en la posibilidad de conectarse emocionalmente con los estudiantes, pues las rutinas de cierre son también una gran oportunidad para transmitir lo importante que son los alumnos para nosotros, un mensaje de aliento, una pregunta inspiradora o una invitación a aplicar lo aprendido en la vida diaria pueden transformar el recuerdo de la clase, hacer del salón de clases un espacio más seguro y aumentar la motivación para las sesiones. Incluso unos segundos de conversación sincera bastan para que los alumnos se sientan escuchados y tomados en cuenta. 
Una herramienta de evaluación

Como docentes, implementar rutinas de cierre también puede facilitarnos el proceso de evaluación formativa. Observar cómo los estudiantes resumen, explican o aplican lo visto en clase brinda información valiosa sobre el nivel de comprensión y nos permite ajustar estrategias para las siguientes sesiones, lo cual nos dará pistas claras para planear a futuro y apoyar a los alumnos en los aspectos que más dificultades tienen, cierres como estos no solo benefician al estudiante, también apoyan la práctica del profesor.
Dedicar unos minutos al final de la clase a una rutina de cierre puede parecer un detalle menor en medio de la agenda escolar, pero tiene un impacto profundo en la manera en que los alumnos viven el aprendizaje. ¿Qué tipo de dinámicas implementas en clase para cerrar tus sesiones? ¡Comparte con nosotros!



Autor:Soy SNTE
Fuente:https://soysnte.mx/articulos/que-son-y-como-emplear-las-rutinas-de-cierre-para-el-aula